Reseña: “Roberto Jackson Harrington: Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” en La Mecha Contemporary, El Paso

by Hannah Dean April 11, 2024

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 17 de marzo del 2024.

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

En una habitación de paredes blancas y pisos de madera se alzan tres columnas formadas por botellas de plástico de refresco sujetas por cuerdas de bungee sobre tapetes de fibras largas. Sobre cada una de ellas está un aglomerado multicolor de distintos objetos. En el muro a sus espaldas está la imagen de un aglomerado similar enmarcado en azul.

Vista de la instalación de “Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] de Roberto Jackson Harrington, en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso.

Como si fuera una celebración, Roberto Jackson Harrington regresó a El Paso, Texas, para su exposición individual Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] en La Mecha Contemporary. La Mecha está ubicada en un moderno complejo cerca del centro llamado The Falstaff, “un espacio comunitario de arte y cultura” que consta de una serie de edificios que forman una herradura y están llenos de galerías sinuosas, una cafetería, un bar al aire libre, estudios y más. La noche de apertura de Mama´s Boy fue parte del art crawl o paseo del arte de “último jueves”, y se trató de una escena ecléctica y relajada con arte de gran potencial.

Nacido y criado en El Paso, Harrington, que ahora radica en Austin, crea obras escultóricas, digitales y de collage basadas en la idea del potencial. Los temas de sustentabilidad, consumismo, colaboración y sistemas inútiles abundan en sus ensamblajes y collages aparentemente fragmentados.

Sin embargo, en Mama’s Boy, un hilo muy personal se deja ver a lo largo de la obra del artista. En la declaración de la muestra, Harrington explica el viaje de su madre desde Zacatecas, México, a Estados Unidos, y reflexiona sobre ese trayecto desde su propia perspectiva de ser padre. Según el artista, “entiendo y aprecio los inconmensurables sacrificios, el arduo trabajo y la determinación que ejerció mi madre para brindarnos esos beneficios a mí y a mis hermanos. Su determinación y esperanza me han permitido estas oportunidades, y han crecido, en una generación, de la vida del trabajo manual a una de inmenso privilegio como artista. En general, veo mi trabajo como la celebración y el cumplimiento de la determinación de mi madre de mejorar su propia vida y la de las generaciones venideras”.

En los muros de una habitación de paredes blancas y suelos de madera, hay dos imágenes enmarcadas por un verde brillante; de ellas cuelgan perpendicularmente tablas sobre las cuales hay algunos objetos. Una entrada está abierta en la esquina de la habitación y a su derecha cuelgan nueve cuadros que forman una cuadrícula uniforme.

Vista de la instalación de “Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] de Roberto Jackson Harrington, en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso.

El guiño al privilegio, las oportunidades y la industria del arte en comparación con los sacrificios que vienen con el dilema del migrante se alinean con la obra irónica y sincera de Harrington, que no se toma a sí misma demasiado en serio. Paradójicamente, Mama’s Boy rumia preocupaciones importantes: el consumo masivo (tanto de bienes como de ideas y recursos), la realidad física del mundo y la idea de un “yo”.

Collages sin título de vehículos parecidos a excavadoras están enmarcados por cuadrados de pintura verde pasto y azul intenso en la pared, junto a esculturas antropomórficas formadas por múltiples objetos que descansan sobre pieles falsas y plataformas de madera contrachapada suspendidas de la pared con herrajes y cuerdas de bungee; “suspenso” es la palabra clave de estas instalaciones. Al hablar de su uso de las formas alternativas de exhibir, como las plataformas de madera contrachapada potencialmente precarias o las pilas de refrescos embotellados que funcionan como pedestales, Harrington reflexionó que “si mi título de escultura en la UTEP [Universidad de Texas en El Paso] me enseñó algo, ¡es cómo hacer que las cosas se mantengan de pie!”. La destreza del artista no puede ser debatida: muchas de las obras en esta muestra casi podrían ser objetos de lujo, con un costoso uso extraordinariamente específico. Sus impresiones de collage limpias y presentadas pulcramente, colgadas en cuadrados prolijos, se leen como una cuadrícula de Instagram curada para el comprador de élite.

Cuatro personas observan nueve imágenes colgadas uniformemente sobre un muro blanco.

Vista de la instalación de “Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] de Roberto Jackson Harrington, en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso.

(three of five), Leitmotiv Tagliere-LMT22-2022 [(tres de cinco), Leitmotiv Tagliere-LMT22-2022] de Harrington se asemeja a una víbora de cascabel, con borradores de lápices de color amarillo primario que sobresalen de las pajillas de silicón a modo de colmillos. Las imágenes de todo este cuerpo de trabajo muerden, con colores ácidos que marcan todo el espacio de la exposición. Es fácil imaginar al artista tomando al azar cualquier objeto mundano a su alrededor y luego divirtiéndose con él: los bloques de construcción de futuras obras de arte que nacen del desorden cotidiano. En cierto modo me recuerda al arte generado por IA. En la era de la inteligencia artificial, nuestra cultura está plagada de los despojos tanto del materialismo como del intelectualismo. Las imágenes creadas por IA, sin embargo, incluso cuando reciben indicaciones inocuas, a menudo resultan sexistas, racistas o simplemente clichés. Parece que la acumulación masiva de nuestros patrones, nuestro consumo y nuestro mundo visual produce en masa, en el peor de los casos, nuestros más bajos impulsos y, en el mejor, los más aburridos.

A diferencia de la IA y sus conglomerados tremendamente indiferentes, Harrington reúne lo que parecen ser objetos que se encuentran regados en la sala de estar o cochera de cualquier padre o arrumbados en la parte trasera de sus SUV donde viaja toda la familia. Hay una aparente aleatoriedad en los materiales que elige. También hay una cualidad personal y corporal en cada objeto: un arete que estaba perdido entre la cama y la mesita auxiliar, los cepillos de dientes que tallaron los rincones de la mejilla de alguien, un llavero que alguien frotó con un pensamiento inconsciente, una cuerda de bungee que se tensó sobre los muebles en la parte trasera de una camioneta, un amplificador de guitarra que fue escuchado y atesorado. El cuerpo, aunque no es retratado, sigue estando inmensamente presente en esta obra.

Sobre un tapete de fibras largas y frente a un muro color verde brillante están varios objetos (una caja de mentas, un llavero de sandalia, un par de bridas de plástico, una cuerda elástica, entre otros) que forman juntos un objeto nuevo.

Vista de la instalación de “Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] de Roberto Jackson Harrington, en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso.

Las esculturas, como Phloper, Leitmotiv Carattere-LMC24-2024, se prestan tanto a un reduccionismo biológico hombre-máquina como a su crítica. En lugar de funcionar como un “todo”, o simplemente como una suma de sus partes, los objetos hipertexturales de colores brillantes atacan los temas del trabajo, la domesticidad y las bellas artes; en este ejemplo, todos están atados en un paquete cómico parecido a un insecto. El filósofo Julien Offray de la Mettrie rechazó el dualismo, la idea de una separación entre cuerpo y alma, a favor del alma como material, una idea que el filósofo contemporáneo Ta-Nehisi Coates enfatizó en su libro Entre el mundo y yo. De esta forma, Harrington tiende puentes con facilidad entre uno mismo, la comunidad y el mundo en general. Los “tontos” ensamblajes del artista reafirman la materialidad y cortan con el filo de un cuchillo filosófico. Son montones de chatarra bien ensamblados, pero también son puntos de partida para interrogantes, imbuidos tanto de su función previa como de sus futuras posibilidades.

Un puñado de personas observan los objetos situados sobre tablas colgantes perpendiculares a la pared de una galería.

Vista de la instalación de “Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning” [Niño de mamá o un razonamiento inexplicable] de Roberto Jackson Harrington, en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso.

En la era de los futuros inciertos (aunque el temor a lo desconocido por venir sea probablemente el hilo conector que nos une a toda la existencia humana) es alentador que los fragmentos desechados y las ideas perdidas u olvidadas puedan ser transformadas en resultados energéticos u atractivos. Dentro de la materialidad de cada una de las esculturas gestuales pero estrechamente atadas de Harrington yace una esencia pura de esperanza.

 

Mama’s Boy or an Inexplicable Reasoning está en exhibición en La Mecha Contemporary en El Paso, Texas, hasta el 23 de marzo del 2024.

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