Los museos de El Paso se reenfocan en las comunidades locales

by Jessica Fuentes March 14, 2024

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 11 de febrero del 2024.

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

Por primera vez en la historia de la ciudad, los tres museos de El Paso están encabezados por directores hispanos o latinxs. Además, esta primavera la ciudad abrirá el Centro Cultural Mexicano-Americano, que también tendrá al volante a una directora latina. Dado que el 81.6% de la población de El Paso se identifica como hispana o latina, mucha de la cual es mexicoestadounidense, es sorprendente que tomara tanto tiempo para que el liderazgo de los museos reflejara la demografía de la ciudad. A pesar de ser una ciudad con mayoría latina, los puestos de poder a menudo no representaban la población del área. Durante los últimos años, los museos de la ciudad han experimentado una serie de cambios que en el fondo los posicionan para reflejar y servir mejor a las comunidades locales.

El Paso es único en el sentido de que el gobierno de la ciudad tiene un Departamento de Museos y Asuntos Culturales (MCAD, por sus siglas en inglés) que financia el Museo de Arte de El Paso, el Museo de Arqueología de El Paso, el Museo de Historia de El Paso y el Centro Cultural Mexicano-Americano que está desarrollándose, además de que implementa iniciativas de financiación de las artes, programas de arte público y eventos de artes visuales y escénicas. Este departamento está supervisado por Ben Fyffe, el director general de Asuntos Culturales y Recreación. Cuando Fyffe fue designado para este puesto en el 2020, ya había pasado 19 años trabajando para la ciudad en diversos cargos, entre ellos los de director adjunto de Museos y Asuntos Culturales, director interino de Parques y Recreación y subdirector de Educación en el Museo de Arte de El Paso.

En los últimos años, cada uno de los museos que ya tenían tiempo establecidos se vio afectado por la pandemia de COVID-19 y sufrió cambios de liderazgo. Cuando la pandemia pegó por primera vez en marzo del 2020, El Paso cerró muchos de sus servicios de “calidad de vida”, como bibliotecas, museos y centros recreativos. Un año después, en abril del 2021, la ciudad comenzó a reabrir esos espacios, con excepción del Museo de Arqueología de El Paso, que postergó su reapertura hasta junio. Durante este momento desafiante, cada museo también experimentó cambios de directores. En el 2019, Victoria Ramirez renunció como directora del Museo de Arte de El Paso y el puesto permaneció vacante hasta julio del 2023. En mayo del 2021, Vladimir von Tsurikov se apartó de su papel como director del Museo de Historia de El Paso y director interino del Museo de Arte de El Paso después de ser arrestado por supuestamente solicitar una prostituta. Y en marzo del 2022, Jeff Romney se retiró de su cargo como director del Museo de Arqueología de El Paso. Con la incorporación de nuevos líderes, las tres instituciones, junto con el futuro Centro Cultural Mexicano-Americano, han adoptado un enfoque renovado en colaborar con diversas comunidades, conectar con la cultura local y mostrar las voces e historias que no tienen tanta representación.

Museo de Historia de El Paso (EPMH, por sus siglas en inglés)

Una mujer de tez apiñonada, cabello oscuro, anteojos, sudadera color crema y una sonrisa tímida posa frente a un vestido tradicional mexicano y una pared naranja donde cuelgan cuatro sombreros de charro de distintos colores y algunos rebozos con distintos patrones.

Erica Marin en el Museo de Historia de El Paso

El EPMH se estableció originalmente en 1974 como el Museo de Caballería. A pesar del nombre, la institución siempre fungió como un museo de historia local y regional, y en 1980 su nombre fue actualizado para reflejar la realidad de la organización. En el 2000, los votantes aprobaron un bono que otorgaba 6.5 millones de dólares de financiación para la construcción de un nuevo edificio de 4088 metros cuadrados en el Distrito de Artes Culturales de la ciudad. El edificio fue inaugurado el 16 de junio del 2007.

La actual directora Erica Marin explicó que en el pasado el museo se centraba en una narración más tradicional y estrecha de la historia de Estados Unidos (a través del lente de la blanquitud), cubriendo temas como los vaqueros y el Viejo Oeste. Ella señaló la exposición del 2020-2021 Low & Slow: Lowrider Culture On The Border [Bajo y despacio: La cultura lowrider en la frontera] como un punto de inflexión en la dirección del museo. Antes de planear la exposición, el museo trabajó de cerca con la comunidad para asegurarse de contar con el apoyo para presentar historias locales de la cultura lowrider. La respuesta de la comunidad fue abrumadora; el museo no sólo recibió apoyo y aportes durante el proceso de planeación, sino que la celebración de clausura de la exposición contó con aproximadamente 5000 visitantes, un récord de asistencia que ninguno de los museos locales había visto antes.

Vista de la entrada de una exposición cuyas paredes negras hacen resaltar los colores brillantes de los objetos expuestos. En primer plano y a la izquierda, el muro que recibe a los visitantes tiene pintado un automóvil antiguo color rosa brillante que parece elevarse de la punta delantera. Al fondo se puede distinguir un traje morado de pachuco y una bicicleta, entre otros elementos.

“Low & Slow: Lowrider Culture On The Border” [Bajo y despacio: La cultura ‘lowrider’ en la frontera] en el Museo de Historia de El Paso

Aunque en ese momento Marin no se desempeñaba como directora del EPMH, ocupaba un puesto curatorial. En el 2019 fue contratada como contratista curatorial y después realizó su transición al papel de secretaria general. Ya que no había un curador a cargo, en este nuevo rol continuó gestionando algunos de los asuntos curatoriales en conjunto con otros miembros del equipo. Con el tiempo, el museo tuvo dificultades para encontrar a una persona adecuada para el puesto de curador, así que Marin presentó finalmente una solicitud para el puesto y fue contratada. En el 2021, tras la salida de von Tsurikov del museo, Marin fue contratada como directora, convirtiéndose en la primera latina y nativa de El Paso en encabezar el museo.

Al hablar de lo que inspira su trabajo, Marin explicó que, si bien tiene un MFA en Historia e Historia Pública de la Universidad de Texas en El Paso y un BFA en Conservación de Museos de la Universidad Estatal de Nuevo México, ha trabajado como curadora independiente y organizadora comunitaria durante muchos años. Este tipo de trabajo a menudo no es bien remunerado ni reconocido por la comunidad en la que tiene impacto, pero el trabajo curatorial de Marin se basa en su cultura y su comunidad. Además, Marin señaló que sus padres, quienes fueron activistas de derechos civiles chicanos, son una fuente de inspiración, ya que ella creció en un ambiente profundamente arraigado en la justicia social. Dicho esto, los cambios institucionales más grandes requieren más que la incorporación de nuevo personal con nuevas perspectivas. Marin habló de su gratitud hacia los líderes de la ciudad y dijo que han apoyado los nuevos rumbos que está tomando el museo de historia.

Vista de la entrada de una exposición con paredes color crema. En el primer plano a la derecha, el muro que recibe a los visitantes tiene retratos en blanco y negro de personas negras; a la izquierda, está la pintura de un paisaje árido y en medio de ambos muros se abre un pasillo.

“Still We Rise: El Paso’s Black Experience” [Todavía nos levantamos: La experiencia negra de El Paso] en el Museo de Historia de El Paso

Tras la exposición de lowriders, otras muestras de importancia cultural incluyeron Lucha Libre: Stories From The Ring [Lucha libre: Historias desde el ring], Black Survival Guide, or How to Live Through a Police Riot by Hank Willis Thomas [Guía de supervivencia negra o cómo vivir un motín de policías, por Hank Willis Thomas], Drag In Focus: A Close-Up Of El Paso’s Drag Scene [Drag en el foco: Un primer plano de la escena drag de El Paso], entre otros. Cuando lo visité en enero del 2024, algunas de las exposiciones que podían verse eran Still We Rise: El Paso’s Black Experience [Todavía nos levantamos: La experiencia negra de El Paso], Desert Couture: Fashioning Two Centuries In The Southwest [Alta costura del desierto: Diseñando dos siglos en el Suroeste] y Mexicanidad: Folklorizing A Nation 1921-1971 [Mexicanidad: Folclorizando una nación, 1921-1971]. Esta primavera, el museo presentará una exposición sobre la historia de la música de El Paso, que cubrirá una amplia gama de música y cultura, incluyendo los pachucos de las décadas de 1930 y 1940, los sock hops de la década de 1950, el soul chicano de la década de 1970 y la escena punk de la década de 1990. Y, como es ahora norma en el museo, se invitó a los miembros de la comunidad a conversar durante todo el proceso de planificación.

Museo de Arqueología de El Paso (EPMArch, por sus siglas en inglés)

Un hombre de cabello corto casi al rape, lentes oscuros, camisa amarilla a cuadros de manga corta y pantalones caqui posa sonriente frente a un muro exterior en donde están pintados, de derecha a izquierda, un cactus morado con algunas flores, un paisaje desértico, una fotografía a blanco y negro de una escena bélica, grandes flores amarillas y un jarrón con decoración tribal.

Sebastián Ribas-Normand en el Museo de Arqueología de El Paso

El EPMArch fue fundado en 1977, apenas tres años después del museo de historia. Si bien el museo de historia y el de arte están ubicados en el centro de la ciudad, el museo de arqueología está 20 kilómetros al norte, a los pies de las montañas Franklin, también conocidas como la sierra de los Mansos. Aunque su ubicación lo separa del distrito cultural, fue elegida por los numerosos sitios arqueológicos en el área. El edificio ocupa aproximadamente 17 acres que contienen un jardín donde habitan 200 especies de plantas nativas del desierto de Chihuahua. La colección del museo incluye artefactos que representan catorce mil años de lo que el museo llama la “prehistoria” del área, que engloba una gran parte del suroeste de Estados Unidos y el norte de México. El director Sebastián Ribas-Normand, quien nació en España y trabajó durante 15 años en el EPMH antes de incorporarse al EPMArch en el 2022, habló muy bien de la influencia que ha tenido Marin en la manera en la que él aborda su propio trabajo.

En una habitación de muros color beige hay tres vitrinas de distintos tamaños con distintos objetos en exposición. Sobre las paredes cuelgan infografías.

Museo de Arqueología de El Paso, instalación temporal en el vestíbulo, enero del 2024

Ribas-Normand señaló que en el momento en que se incorporó al EPMArch el museo llevaba casi dos décadas estancado. Explicó que, aunque los directores recientes del espacio se habían concentrado en el lado académico del trabajo, se podía hacer más para alcanzar a un público más amplio. Una de sus primeras iniciativas como director fue concentrarse en los trabajos de mantenimiento y reparación que necesitaba el sitio y, aun después de dos años, es consciente de que queda más por hacer. Sin embargo, con un presupuesto limitado, Ribas-Normand ha estado rotando prioridades para incluir mantenimiento, desarrollo de nuevas instalaciones y programación pública. Durante los últimos dos años, se concentró en realizar actualizaciones a la información de las exposiciones permanentes basadas en estudios recientes, remodelar el vestíbulo y crear exposiciones temporales interesantes y atractivas que presenten la amplia gama de objetos en la colección del museo.

En una habitación de paredes grises hay cuatro vitrinas con objetos de palma entretejida, así como un par de infografías y objetos de palma colgados de las paredes.

Una instalación del Museo de Arqueología de El Paso

Al igual que Marin, Ribas-Normand también habló sobre el trabajo con las comunidades locales, aunque esto es un poco diferente para el museo de arqueología. Durante los últimos dos años, ha estado construyendo relaciones con las naciones nativas de la región, como el Pueblo de Ysleta Del Sur, una entidad tribal nativoamericana de la cultura pueblo ubicada en El Paso; la Nación Manso, que tiene muchos miembros en Ciudad Juárez, y los Apache Mescalero en Nuevo México. Además de invitar a miembros de estas comunidades para acudir y hablar en eventos y programas organizados por el museo, Ribas-Normand también ha trabajado con estas naciones para repatriar objetos sagrados que se encontraban en la colección del museo.

Museo de Arte de El Paso (EPMA, por sus siglas en inglés)

Vista exterior de un edificio de dos pisos en forma de L color concreto y con ventanas oscuras. Los muros a la sombra del lado derecho son de color azul eléctrico y en el centro de la placita frontal se alza verticalmente una escultura geométrica roja.

Museo de Arte de El Paso

El más antiguo de estos museos, el EPMA, fue creado en 1959 gracias a un legado a la ciudad por parte de la Fundación Samuel Kress. La Colección Kress incluía originalmente cincuenta y siete pinturas y dos esculturas de mármol de los periodos europeos barroco y renacentista. Desde la instauración del museo, la Colección Kress ha seguido proporcionando donaciones que amplían las colecciones europea, mexicana, americana y contemporánea del museo. En 1998, el EPMA se mudó a su ubicación actual en el área del centro de la ciudad, a un kilómetro y medio de uno de los tres puentes entre El Paso y Ciudad Juárez.

Retrato fotográfico de un hombre de tez apiñonada, barba corta, cabeza rapada y traje azul marino que posa sonriente frente a un fondo café avejentado.

Edward Hayes, Jr., el nuevo director del Museo de Arte de El Paso

Durante este reciente periodo de transición en los museos de El Paso, el EPMA estuvo sin director de tiempo completo desde el 2019 hasta el 2023. Cuando Eddie Hayes, Jr. asumió el cargo en junio del 2023, inmediatamente se le asignó la tarea de responder a la indignación de la comunidad en torno a la Séptima Bienal Fronteriza. Aunque la bienal había sido tradicionalmente organizada por el EPMA y el Museo de Arte de Ciudad Juárez (MACJ), cuando se anunció la convocatoria 2024 el museo atribuyó la decisión de presentar la bienal solamente en El Paso a los “factores persistentes” relacionados con la cancelación de las bienales del 2020 y 2022 debido a la pandemia de COVID. La decisión probablemente se vio exacerbada por los cuatro años que el EPMA pasó sin director. Aunque la exclusión del MACJ podría ser comprensible para una organización que estaba pasando por años difíciles, la comunidad de las artes quedó decepcionada con la decisión y denunció al EPMA en redes sociales. Algunos artistas locales que habían sido parte de la exposición en años anteriores boicotearon la bienal negándose a enviar obras a la convocatoria. En respuesta, el museo organizó una conversación virtual con representantes de ambos museos. Al final, el MACJ volvió a participar en la presentación de la bienal este año y organizó una recepción de apertura a su exposición un mes después de la inauguración en el EPMA. Tradicionalmente, los eventos de apertura ocurrirían el mismo fin de semana y los visitantes circularían a través de la frontera y entre ambas instituciones.

Los muros de esta habitación van del color crema al verde pastel. Alrededor hay distintos cuadros colgados y al centro una instalación parecida a un telar con gruesos hilos rojos.

Vista de la instalación de la “Bienal Fronteriza 2024” en el Museo de Arte de El Paso

Hayes destaca que financiar exposiciones transfronterizas históricamente ha sido un desafío. Como institución operada y financiada por la ciudad, el EPMA no puede financiar organizaciones fuera del país. Desafortunadamente, este año el MACJ no contó con financiación propia para esta exposición y el EPMA encontró otras maneras de apoyar a su institución asociada facilitando el envío de obras de arte y ayudando con investigación, fichas e impresiones. Hayes fue claro en que el EPMA y el MACJ tienen la intención de buscar un financiamiento más sólido para la bienal del 2026 y ya han presentado una carta de intención para colaborar con el gobierno mexicano. El EPMA también ha compartido su deseo con la Fundación Mellon de continuar su asociación con el MACJ para la bienal del 2026.

En los muros blancos de esta gran habitación cuelgan diversos cuadros, entre ellos están el retrato de un joven, dos escenas con caballos y algunas escenas que parecen pinturas abstractas. En el centro de la habitación hay un pedestal con un par de bandejas redondas de cobre.

Vista de la instalación de la “Bienal Fronteriza 2024” en el Museo de Arte de Ciudad Juárez

Hayes llegó a El Paso procedente de San Antonio, donde trabajó como gerente en jefe de Exposiciones en el Museo de Arte McNay durante más de tres años, y anteriormente se había desempeñado como asistente curatorial durante tres años en la misma institución. También tiene experiencia como director de Artes y Artistas Internacionales en Washington, D.C. y curador de Exposiciones en el Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach, California. Como alguien externo que ingresa a una organización sostenida por un personal dedicado, Hayes ha pasado gran parte de su primer año escuchando, aprendiendo y apoyando al equipo. Además, se está tomando el tiempo para conocer a las comunidades que conforman el área, incluyendo las que están al otro lado de la frontera.

En una habitación de paredes blancas y pisos de madera cuelgan de hilos rojos pequeñas formas blancas irregulares que tiene un pequeño texto escrito en color rojo.

Bettina Landgrebe, “Beaten With A Hammer” [Golpeadas con un martillo], 2023, instalado en el Museo de Arte de El Paso

Más allá de la bienal, algunos proyectos recientes en los que el EPMA se ha involucrado con artistas de El Paso incluyen el reciente comienzo de obra de un gran proyecto de arte público a cargo de Leo Villareal, artista que creció en El Paso; un proyecto mural en el vestíbulo del museo en donde aparece el Segundo barrio (uno de los vecindarios más antiguos de la ciudad) de la artista local Marianna Olague, y la instalación actual Beaten With A Hammer [Golpeadas con un martillo], que aborda los feminicidios que continúan ocurriendo en el área, de Bettina Landgrebe, radicada en Marfa.

Centro Cultural Mexicano-Americano (MACC, por sus siglas en inglés)

Una mujer de tez apiñonada, cabello corto rizado, blusa oscura y anteojos posa sonriente frente a la pintura de un nopal.

Rebecca Muñoz

Con la aprobación de los votantes de El Paso a un programa de bonos en apoyo del MACC en el 2012, el centro cultural lleva más de una década en construcción. La institución, que abrirá esta primavera, está dirigida por Rebecca Muñoz, quien comenzó a trabajar con la ciudad en el 2012. Muñoz está actualmente trabajando en su PhD en Retórica y Redacción/Estudios de Escritura en la Universidad de Texas en El Paso (UTEP, por sus siglas en inglés) y tiene un MFA en Pintura de la Universidad Estatal de Nuevo México y un MFA en Filosofía de la UTEP.

Al igual que Marin, la carrera profesional de Muñoz comenzó en el trabajo de justicia social infundido de artes. De hecho, las dos mujeres se conocen desde hace años y han estado involucradas en algunas de las mismas organizaciones, incluyendo La Mujer Obrera, una agrupación activista chicana local.

Después de trabajar en varios puestos en el Departamento de Museos y Asuntos Culturales de la ciudad, incluido el de coordinadora del Mercado de Artistas del Centro, coordinadora de Desarrollo Cultural y gerente de Programación Cultural, Muñoz asumió el cargo de directora del MACC en agosto del 2023. Ella señala que su diverso historial laboral, que también incluye un tiempo como instructora adjunta en el Colegio Comunitario de El Paso, especialista de Desarrollo en el Centro de Comida La Semilla y numerosos roles voluntarios dentro de otras organizaciones comunitarias, la han preparado para la dirección de una institución multifacética.

Al igual que los centros culturales de otras ciudades, como el Centro para las artes Louise Hopkins Underwood en Lubbock o los diversos centros culturales en Dallas, el MACC contará con una galería de arte, un teatro de caja negra, un auditorio, un estudio de grabación, un estudio de danza, una cocina comercial y una cocina de enseñanza.

Ella explicó que “este es un espacio increíble donde podremos ofrecer a la comunidad la oportunidad no sólo de verse a sí misma reflejada en los programas, sino de ver sus historias reflejadas de una manera que celebra de dónde vienen y dónde se encuentran ahora”. Muñoz señaló que el trabajo que Marin ha realizado en el EPMH es una fuente de inspiración. 

Con ese fin, el MACC ha comenzado a reunirse con miembros de la comunidad para conocer más sobre lo que les gustaría ver reflejado en el espacio. Muñoz indicó que el museo está considerando abrir con una retrospectiva que destaque a figuras importantes de las artes y los movimientos culturales de la ciudad. Aunque todavía no se ha anunciado una fecha oficial para la inauguración, se espera que el espacio esté abierto al público en los próximos meses.

Uniéndolo todo

A medida que conocí estas instituciones a través de recorridos y conversaciones con el personal, me pregunté dónde estaba la línea divisoria entre historia, arqueología, arte y cultura. Puede que Ribas-Normand del EPMArch lo haya dicho mejor cuando afirmó: “No hay una línea. Como que nos mezclamos”.

A lo largo de mis entrevistas con las directoras y directores de los museos de El Paso, la idea de colaboración entre instituciones siguió apareciendo. Estas organizaciones se unen para ofrecer eventos comunitarios de gran escala como el evento anual Chalk the Block y el desfile y festival de Día de muertos. Y más allá de esas formas estándar de trabajo, hay mucha más colaboración entre ellas. Hayes mencionó que el EPMA y el EPMH comparten algunos vehículos y se ayudan mutuamente con informes sobre el estado de objetos de arte y artefactos. Y, debido al empalme de los temas que cada museo cubre, también se lleva a cabo mucha planeación interinstitucional.

Hayes señaló que “uno de los puntos atractivos para tomar este trabajo fue el hecho de que se trataba de esta red de museos y que trabajamos juntos bajo la dirección de nuestro jefe de asuntos culturales, Ben Fyffe, de una manera muy coordinada”.

A lo largo de los últimos cinco años, los museos de El Paso han visto una ola de agitación y cambio. Estar cerrados durante más de un año debido a la pandemia y una gran cantidad de cambios de personal sería difícil de afrontar para cualquier institución. Pero parece que todos se encuentran, simultáneamente, en un punto de inflexión, con estabilidad por delante y una base sólida para vincularse con la comunidad.

 

13 de febrero del 2024: Este artículo fue actualizado para reflejar que los nuevos directores de los museos de la ciudad se identifican como hispanos o latinxs y que el director del Museo de Arqueología de El Paso, Sebastián Ribas-Normand, es español.

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