Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.
Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 23 de noviembre del 2024.
Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.
Nota de la autora: Esta es la segunda entrega de una serie de artículos sobre un viaje reciente a Nueva York. Lee la primera entrega en inglés aquí.
Parece que las estrellas se alinearon este año: una multitud de exposiciones internacionales, nacionales y regionales a gran escala que se repiten regularmente están todas en el calendario al mismo tiempo, entre ellas la Bienal de Venecia, la Bienal del Whitney, la Trienal Delta, la Bienal Southern Survey, la Bienal Fronteriza 2024 y la Bienal de Texas. Ser aceptado o invitado a participar en este tipo de exposiciones puede significar a menudo un punto de inflexión en la carrera de un artista, pero curar una bienal o trienal puede ser complicado. ¿Cómo se selecciona a un artista o un grupo de artistas para representar una región o un momento en el tiempo?
El año pasado me maravilló ver cómo Rigoberto Luna iba dando forma a su lista de 200 posibles artistas para incluirlos en Soy de Tejas: A Statewide Survey of Latinx Art. Al final seleccionó a 40 artistas latinxs vinculados a Texas para la exposición. Con eso en mente, imagino que seleccionar solamente a 33 artistas de todo el mundo para hablar del arte y la cultura caribeños y latinoamericanos de nuestros días fue una tarea abrumadora para los tres curadores de La Trienal 2024 de El Museo del Barrio, Flow States [Estados de flujo].
Durante dos años, el curador en jefe del museo, Rodrigo Moura, y la curadora Susanna V. Temkin, junto con la curadora invitada María Elena Ortiz trabajaron en la muestra. Se consideraron más de 150 artistas y los curadores realizaron más de 80 visitas a estudios (algunas virtuales y otras en persona) de artistas radicados en Estados Unidos, el Caribe, América Latina y Europa. El resultado es una exposición de gran complejidad que encarna prácticas y temas artísticos que sirven de hilo conductor entre las obras de artistas relacionados con el Caribe y América Latina, y al mismo tiempo pone de manifiesto las experiencias y perspectivas, diversas y con matices, de los participantes.
Al entrar en la primera sala de la exposición, me di cuenta inmediatamente de la cualidad visceral de las obras. Aunque el rasquachismo es un término que se relaciona específicamente con el arte chicanx, los artistas latinos en Estados Unidos y los artistas que trabajan en toda América Latina tienen a menudo un carácter físico en su obra que utiliza objetos cotidianos y dialoga con prácticas de arte tradicional como la cerámica, los textiles y la carpintería. Como ejemplo de esto, en la primera sala había una obra de ensamblaje, pinturas de técnica mixta sobre superficies de muchas caras, una serie de cerámicas toscas combinadas con dibujos y una escultura hecha con hojas de palmera. Las pinturas de Kathia St. Hilaire, quien reside en Nueva York, fueron quizá las que más me intrigaron. La superficie texturizada y los bordes rasgados de sus dos obras me recordaron a los manteles de vinilo de mi abuela extendidos sobre la mesa de su cocina.
La ficha en la pared revela que una vertiginosa variedad de materiales compone la obra: collage de lienzo con envases de crema para aclarar la piel, acero, aluminio, billetes, calcomanías de plátanos, malla para serigrafías, papel y llantas con paraloid. Incluso mirando la obra de cerca, es difícil identificar cada uno de los elementos y entender cómo se unen para crear una obra cohesionada. Más allá de la familiaridad de la superficie, me impresionaron las figuras irreales flotantes que ocupan el espacio. En el borde de cada obra, unas letras rojas deletrean los nombres de las abuelas de la artista: Melaïse y Marise. La obra tiene varias capas, literal y metafóricamente, y habla de la historia de su familia y del relato más amplio de las Guerras Bananeras, conflictos (a principios del siglo XX) que incluyeron la ocupación militar de Estados Unidos en el Caribe.
Estas primeras galerías están conectadas por la inclusión de esculturas de Carmen Argote. Piezas de su serie Mother [Madre] están desperdigadas a lo largo de esta sección de la muestra. En las dos piezas tituladas Exile [Exilio], el principal material utilizado son hojas de palma. Las hojas secas se reúnen y se ensamblan con yute y bridas de plástico y se erigen como guardianes que protegen un espacio sagrado. Las otras obras, colgadas en la pared, incorporan materiales naturales como palmeras o plátanos, pero también incluyen materiales y objetos hechos por el hombre como telas, cuentas y bolsas de supermercado. Entre los objetos hay algunos personales de los padres de la artista y otros encontrados durante paseos en Boyle Heights, un histórico barrio chicanx/mexicanx de Los Ángeles.
Norberto Roldán, “100 Altars for Roberto Chabet/NO. 23” [100 altares para Roberto Chabet/No. 23], 2014 – 2020
Mark Menjívar, un artista que actualmente vive y trabaja en San Antonio, también explora ideas relacionadas con la inmigración. A primera vista, supuse que la obra, instalada sobre delgados estantes en la pared opuesta a la entrada, podrían haber sido piezas de estudiantes locales expuestas como parte de un programa educativo del museo. Fue sólo después de recorrer la exposición en busca específicamente de artistas tejanos que me di cuenta de que la instalación era producto del trabajo y la práctica social de Menjívar que incluyeron la organización este verano de una serie de talleres comunitarios en San Antonio y Nueva York. Los artefactos expuestos son una variedad de carteles pintados en las dos caras por los participantes de los talleres para dar la bienvenida y para despedirse de las aves migratorias. La inspiración para La Misma Canción (The Same Song) surgió cuando el artista se dio cuenta de que los pájaros que escuchaba en San Antonio migraban cada año a El Salvador, donde su familia los escuchaba. Las simpáticas imágenes y palabras en los letreros pintados a mano son un recordatorio de que la migración es una parte natural de las experiencias de vida de muchos y que las fronteras no son más que invenciones.

Tony Cruz Pabón, “Distance Drawing, attempt to draw the distance between San Juan and New York (approx. 1,610 miles). Realized only 0.32 percent (5.1523 miles)” [Dibujo de distancia, intento de dibujar la distancia entre San Juan y Nueva York (aprox. 1610 millas). Realizado sólo el 0.32 por ciento (5.1523 millas)], 2024

Sarita Westrup, “nonlinear route II” [ruta no lineal II] y “Primas III” del 2024 y “Bucket” [Cubeta] y “Authoritative” [Autoritario] del 2021
En una de las últimas salas, las obras textiles e impresas en 3D de Sarah Rosalena también hacen referencia a las prácticas tradicionales. Las obras textiles incorporan tradiciones wixárika, que se han transmitido de generación en generación en la familia de la artista, con imágenes que se inspiran en la tecnología de diversas maneras. Mientras que una pieza hace referencia a una imagen de la Vía Láctea tomada por un satélite, otras utilizan el lenguaje visual de la pixelación para subvertir la idea de los límites. Del mismo modo, las esculturas de Rosalena son creadas utilizando una impresora 3D, pero dialogan con las formas tradicionales de la cerámica, como la técnica de vasijas urdidas en la que se construyen lentamente capas de arcilla.
A lo largo de la exposición, los artistas se basan en experiencias profundamente personales que se conectan con narrativas más grandes de las culturas e historias caribeñas y latinxs. Las obras exploran temas como la distancia, la migración, la comunidad, la conexión y la ruptura, el trabajo, el recuerdo, la tradición y las nuevas formas de crear significado.
Flow States – LA TRIENAL 2024 está en exhibición en El Museo del Barrio en Nueva York hasta el 9 de febrero del 2025.