En la sala de espera: “Praise Music Sonogram” en DiverseWorks

by Gabriel Martinez May 2, 2025

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Glasstire el 15 de febrero del 2025.

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

Julia Barbosa Landois es una artista visual y de performance radicada en Houston que recientemente ganó un Artist Award 2025 de la BIPOC Arts Network & Fund Art. Ha expuesto extensamente a nivel nacional y en todo Texas, y su trabajo está incluido actualmente en la exposición itinerante Xican-a.o.x. Body (Cuerpo xican-a.o.x.). 

Hace poco nos sentamos a charlar sobre su performance en vivo, Praise Music Sonogram [Sonograma con música de alabanza], en DiverseWorks, que combina spoken word, videos proyectados y música en vivo para contar una historia sobre la maternidad, el aborto espontáneo y el acceso a la interrupción legal del embarazo a lo largo de las fronteras nacionales y estatales. Barbosa Landois interpreta la pieza acompañada de un músico en vivo, rodeada por el público y con una escenografía mínima, en uno de los teatros de caja negra del Midtown Art & Theatre Center Houston (MATCH).

Rodeada de oscuridad, una mujer de tez morena levanta el brazo izquierdo hacia el cielo. Está iluminada por una luz que también resalta el escritorio rectangular de madera sobre el que está hincada.

Julia Barbosa Landois, “Praise Music Sonogram,” 2025. Fotografía de Tati Vice. Cortesía de DiverseWorks y la artista

Gabriel Martinez (GM): Cuéntame sobre el título de tu performance: ¿por qué se llama Praise Music Sonogram

Julia Barbosa Landois (JBL): Durante esta odisea de salud reproductiva que viví, regresé de Alemania a Texas y tuve que hacerme un ultrasonido pélvico. Una de las personas que me atendieron había puesto música de alabanza de fondo durante el procedimiento, lo que fue bastante incómodo. Gran parte del humor de esta obra es sobre la absurda incomodidad de muchas de esas experiencias, así que supe que ese tenía que ser el título. 

GM: El guión me pareció muy chistoso, las canciones que elegiste y la música de sala de espera. Me estaba partiendo de risa desde el inicio.

JBL: Estas experiencias están llenas de momentos absurdamente incómodos que creo que aportan mucho humor. Una gran parte de mi estilo consiste en tomar algo que es súper pesado y encontrar esos momentos de ligereza y liberación estratégica de la presión para el público. 

Praise Music Sonogram es una historia autobiográfica contada de manera no lineal y en dos partes: una en Alemania y otra en Estados Unidos. Se trata principalmente de un monólogo con algo de música y un poco de canto. También hay proyecciones de videos con material original y encontrado. Algunos son proyectados sobre la pared de fondo y otros sobre una cortina de hospital que cuelga del techo y funciona como una segunda pantalla que puede sacarse y retraerse. Las imágenes proyectadas son de distintos tamaños y además están a diferentes distancias del público. 

Detrás de mí se proyectaba continuamente un video: una pantalla dividida que mostraba la película Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille de 1965 y un video tomado con teléfono móvil de este anuncio electrónico giratorio en un kiosko de Berlín, que publicitaba un masaje sexual ruso de un lado y vasectomías del otro, lo que en el momento era muy pertinente porque estaba de camino a la clínica de salud reproductiva. Este era sólo uno de los contrastes de estar en un lugar con una cultura diferente en lo que respecta al género y la salud reproductiva. Nunca había visto un anuncio público para vasectomías en Estados Unidos. He visto montones de anuncios espectaculares para aumentarse los senos, todo tipo de cosas para modificar los cuerpos de las mujeres en pos del placer sexual de otros. Pero no vasectomías.

Una mujer de tez morena habla mientras gesticula con las manos. Detrás de ella, proyectada en gran tamaño sobre una pared, está la imagen de una mujer que parece de mediados del siglo pasado.

Una escena de “Praise Music Sonogram” de Julia Barbosa Landois. 2025. Fotografía de Tati Vice. Cortesía de DiverseWorks y la artista

GM: Es verdaderamente extraño para una persona estadounidense y especialmente para una tejana. Montaste una versión anterior de este performance en el Lawndale Art Center para Nameless Sound, pero los eventos que lo inspiraron sucedieron varios años antes de eso. Así que estuvo en tu mente un tiempo antes de que empezara a manifestarse como una pieza artística. 

JBL: Crear cualquier pieza usualmente me toma tiempo. Pero especialmente con este contenido muy personal, estaba literalmente afectando mi salud física y mi capacidad para crear arte y cuidar de mí misma y de mi familia. Me estaba recuperando con eso. Muchos artistas realizan obras sobre las experiencias en sus vidas de una forma u otra, por más lejanas o abstractas que sean. Pero, para esta en particular, en verdad necesitaba pasar mucho tiempo con ella. Cuando llegaron los nuevos jueces de la Corte Suprema, Kavanaugh y Coney, supe que se acercaban grandes cambios y sentí que era el momento adecuado para contar la historia.

También sentí que me había distanciado lo suficiente de ella para poder contarla. En ese momento, estaba escribiendo mucho. Paso por estos periodos en los que hago mucha escritura de diario personal. Volví atrás y busqué entre todo ese material para intentar procesar y llegar a comprender qué era lo más importante y cuál era la mejor manera de narrarlo, y se me ocurrió esta versión abreviada del guión. Era muy sencilla para Nameless Sound. 

GM: En la versión original del performance sólo estaban tú y los videos: no había equipo ni utilería. Para la iteración de DiverseWorks en el MATCH, ampliaste el guión: añadiste atrezo, decoración del escenario y un músico en vivo. Y una proyección adicional. 

JBL: Es verdad. Hay un sillón, una silla que muevo muchas veces y un escritorio que funciona como el escritorio de ingreso en la oficina del doctor pero también como mesa de exploración. También me paro y canto de pie sobre ella.

Una mujer de tez morena y vestido negro corto se desplaza por un escenario casi a oscuras con el cuerpo contrahecho y el rostro compungido.

Julia Barbosa Landois, “Praise Music Sonogram,” 2025. Fotografía de Tati Vice. Cortesía de DiverseWorks y la artista

GM: En un punto de la pieza, cantas una parte de “Oh, Comely” de Neutral Milk Hotel. ¿Por qué esa canción?

JBL: Me encanta poner música en mis performances. No solamente porque me encanta cantar, sino porque muchos recuerdos de experiencias los asocio con la música que estaba escuchando cuando sucedieron o que escuché cuando estaba procesando mis sentimientos sobre esa experiencia. El performance puede comunicar una experiencia de una manera que no puedes comunicar de ninguna otra forma. La música tiene ese poder para mí, y siempre he querido hacerle honor a eso. Me gusta poder darle un contexto nuevo a las canciones o a las letras. Recuerdo que había algo acerca de sexo y de ovarios y ese tipo de cosas en la letra de “Oh, Comely”. Cuando miro hacia atrás y la escucho, la letra me parece asombrosamente adecuada. Usé un pequeño fragmento de eso. Me gusta mucho cómo canta Jeff Mangum. Es crudo y emotivo, pero no de una manera cursi, sino de una manera realmente genuina.

GM: Es uno de los momentos que causa sensación en Praise Music Sonogram. Cuando empiezas a cantar y te paras sobre el escritorio iluminada por el reflector. Recuerdo que pensé “Vaya, de verdad está cantando a todo pulmón”. Has cantado en otros performances. ¿Cantar siempre ha sido parte de tu trabajo? ¿Cantabas o tocabas en alguna banda cuando eras más joven?

JBL: Mi carrera de cantante comenzó en la Iglesia católica, en el coro de niños. También hice teatro cuando era niña. Y después, a mediados de mi adolescencia, pasaron otras cosas en mi vida y me metí en un caparazón. No volví al escenario hasta que tenía 31 años. No canté ni hice teatro ni ninguna de esas cosas que se hacen frente a un público. Empecé a hacer arte performance antes de eso, pero no cantaba.

GM: Cuando dices teatro, ¿a qué te refieres? ¿Actuabas con una compañía de teatro?

JBL: Sí, cuando era niña. 

GM: ¿Obras? ¿Musicales? 

JBL: Las dos. Escribí la canción de alabanza del performance, por cierto. “Jesus, My King” [Jesús es mi rey].

GM: ¿¡Qué!? 

JBL: Ey. 

GM: Si alguna vez te cansas del mundo del arte, tienes futuro en la música sacra. 

JBL: No estaba solamente improvisando por ahí con un pandero.

GM: ¿Y tocas el piano o la guitarra?

JBL: ¡Ojalá pudiera tocar un instrumento musical! Puedo tocar de oído melodías en el piano, pero eso es todo. La melodía y la letra de “Jesus, My King” se me ocurrieron simplemente cantándola, y Dru (Andrew Martinez) completó los acordes y esas cosas.

Una mujer de tez morena jala una alta cortina azul. Detrás de ella se ve la imagen de un cartel con tres mujeres despampanantes que anuncian masajes eróticos.

Julia Barbosa Landois, “Praise Music Sonogram,” 2025. Fotografía de Tati Vice. Cortesía de DiverseWorks y la artista

GM: Hay una sección importante que aparece dos veces en el performance: cuando estás en la sala de espera y, mientras estás ahí sentada, Andrew comienza a tocar este patrón de rasgueo como de samba. Esta es una elección inteligente porque la samba al inicio siempre fue el ejemplo de música de elevador.

JBL: Era esta relación de la samba que se convierte en música de elevador, o música de fondo, pero también es el tipo de música que esperas que se resuelva o que vaya a otra parte de la canción, y nunca se resuelve. Queríamos que ustedes fueran parte de eso, cuando comienzas a pensar que puedes respirar tranquilamente, se repite. Así es estar en la sala de espera para algo.

GM: Como que te saca de una experiencia temporal normal.

JBL: Sí. La versión de música de fondo con clarinete de “She Works Hard for the Money” es la última pieza de música de sala de espera en el performance. Esa canción fue elegida porque este centro de salud en particular tenía esta vibra seria como de feminismo capitalista apropiado. Todo era rosa y tenía diamantes de imitación pegados. Tenían letreros en la pared que decían “You Go, Girl!” (¡Tú puedes, chica!). No lo dije en la pieza, pero también me dieron una flor al final.

GM: Esta es la clínica en Texas, ¿verdad? 

JBL: Sí.

GM: Hay una tensión en el terreno que cubres a lo largo del performance: lo cómico y lo serio. Creo que, para mí, uno de los momentos más intensos en la pieza fue cuando sacaste un pequeño pedazo de papel de la caja que llevabas contigo y leíste lo que estaba escrito en él.

JBL: Cuando los visitantes entraban al lobby antes de ingresar al teatro, en la mesa había una caja con estos papelitos que decían: “Aborté porque…”. Y tenían espacio para escribir algo. Quería poder incorporar historias de la audiencia para que no fuera solamente mi historia… Personalizarla de verdad y dar a las personas la oportunidad de ver cómo se sentía. Podían permanecer en el anonimato, pero también escuchar su historia siendo vocalizada, tanto si ya lo había sido alguna vez como si no. Hay cuatro momentos durante la obra en los que tomo la caja, leo algo que saco de ella y se la paso a un miembro del público.

Hay interacción con la audiencia durante la obra. A veces sólo soy yo como intentando romper la cuarta pared e incluyo a la audiencia como si estuvieran en la sala de espera conmigo, o les hago una pregunta, o le pregunto algo a alguien. La caja es parte de eso porque las razones con las que contribuyeron están ahí. Hay puntos durante la pieza en los que estoy haciendo spoken word y me detengo, leo un papelito de la caja y se lo paso a alguien del público. No sé de quién provienen los papelitos, se escogen al azar. Las historias son diferentes cada noche porque hay muchos tipos diferentes de historias.

GM: Las interacciones del público brindan algunos momentos muy intensos. Son reales, y son de cerca. Siempre hay tensión cuando un intérprete se te acerca y tú eres un miembro del público. Fue un componente eficaz de la pieza completa. 

Otra cosa que añade a esta pieza es que trabajaste con Candice D’Meza como directora. 

JBL: Candice me ayudó a averiguar cómo moverme por el espacio y darle vida al guión de una manera más teatral. Trabajamos con Edgar Guajardo, quien era el director técnico. Él hizo todas las luces y las proyecciones de video y otras cosas. Y después Andrew, por supuesto, fue el músico en vivo, y conseguí un actor de voz para que hiciera la narración en off.

Una mujer de tez morena y abrigo rojo está sentada en una silla. Detrás de ella un hombre que no está iluminado sostiene una guitarra y detrás de él se ve una escena de la película Los diez mandamientos y un anuncio en alemán para hacerse la vasectomía.

Julia Barbosa Landois y Andrew Martinez en el escenario en “Praise Music Sonogram,” 2025. Fotografía de Tati Vice. Cortesía de DiverseWorks y la artista

GM: El performance comienza y termina con la voz en off. El actor que contrataste (Abraham Zeus Zapata) suena muy profesional, lo logra por completo.

JBL: Al principio de la pieza, menciono que no logro apagar el audio descriptivo de mi televisión. Esa fue la inspiración real que tuve para poner al narrador en el performance. Porque durante ese tiempo veía todo con audio descriptivo. Las descripciones de audio están ahí como una medida de accesibilidad para alguien que tiene problemas de la vista. Comencé a notar lo que se describía y lo que no se describía y estuve pensando en cómo se toman esas decisiones. ¿Quién decide qué es lo más importante, lo que se describe primero y lo que se describe después? Y pensé en el narrador como un mecanismo en una película o en la literatura. Es esta voz autoritaria, parecida a un dios, pero también tiene sus propios sesgos y punto de vista. 

A veces es muy obvio y a veces no. Hay una razón por la que sería una u otra. Quise pensar en cómo contaría mi propia historia frente a cómo la contaría ese tipo de narrador, y qué cosas dejaría fuera o enfatizaría y con las que yo podría estar en desacuerdo. Quería saber si podía crear una especie de conflicto entre esas dos cosas.

La voz de un narrador de accesibilidad debe ser lo más neutra posible. Pero ningún narrador es neutral. Especialmente cuando se trata de historias sobre los cuerpos o la salud de las mujeres en Estados Unidos; estas historias a menudo son contadas por legisladores hombres. Acerca de quién tiene derecho a contar una historia concreta y a quién se le considera un testigo fiable de su propia experiencia, sobre todo en el caso de cualquier tipo de grupo marginado, el grupo dominante dirá: “Bueno, yo nunca he vivido eso. Así que no sé si eso es realmente cierto”. ¿Cuándo consigues que te crean como la persona que es la autoridad en tu propia historia? Es por eso que el narrador se volvió tan importante.

Mapa conceptual que tiene en el centro “justicia reproductiva” y a su alrededor, en el sentido de las manecillas del reloj, “justicia racial”, “justicia de discapacidades”, “justicia/abolición carcelaria”, “justicia de género/derechos LGBTQ+”, “anticolonialismo”, “justicia climática”, “justicia migratoria”, “equidad y acceso a la salud” y “justicia económica/laboral”. Debajo dice: “Conversan mientras toman un café: Dadas todas estas intersecciones, ¿cómo crees TÚ que sería vivir en una sociedad que es genuinamente proniños?”

Una página del fanzine “Tía Sabiduría”

Hacia el final de la pieza, hablo de este recuerdo de mi abuela. Pasó sus viejas cartas de amor por una trituradora porque quería que todo eso siguiera siendo íntimo y privado. Leo estas razones, pero al final me doy cuenta de que nadie le debe a nadie sus razones. Que la gente comparta sus experiencias es poderoso porque quienes no están en sus zapatos tienen la oportunidad de empatizar. Para las personas que han pasado por esa experiencia es poderoso no sentirse solas y sentir que están en una comunidad con otras personas que están contando sus historias. Por otra parte, nadie debería tener que desnudar su alma para recibir un derecho básico a la autonomía corporal. Puedes compartir la historia como algo realmente empoderado, pero también puedes ocultar tu historia porque no quieres que se extraiga por las razones equivocadas.

GM: Entonces aquí hay tres niveles: tenemos la voz incorpórea del narrador que da una versión, una segunda historia en forma del guión de tu monólogo y los testimonios que dan fe de las historias del público que no están en un guión. Fuera del escenario, en el mundo real, existen técnicas invasivas para arrebatar la autonomía a las mujeres: aplicaciones de seguimiento de la menstruación, geolocalización y otras formas en las que sus vidas ya no son historias que ustedes pueden contar. Las empresas extraen esas historias mediante la minería de datos, una especie de colonialismo extractivo basado en la información. 

La historia empieza en Berlín y acaba en Texas. ¿Estuviste en Alemania para hacer una residencia?

JBL: Sí. Era la primera residencia en la que participaba desde que tuve hijos. Tomé la insensata decisión de cruzar el océano para hacerla con un niño de cinco años y otro de 18 meses. Fue una de las épocas más difíciles que he vivido, pero también fue realmente increíble.

Ilustración con líneas negras de unas manos con uñas largas y pintadas que sostienen una taza de café. Sobre el café se lee “Tía Sabiduría” y a su alrededor está escrito “¡Gratis!”, “recursos, historias personales, poesía, arte y más” y “número 1, hablemos de aborto y justicia reproductiva”.

Portada del fanzine “Tía Sabiduría”

GM: Cuando estabas en Alemania, te enteraste de que estabas embarazada. 

JBL: Allí había una actitud muy diferente hacia la atención de la salud. Después regresas a Texas, y todo es pedrería y rosa y música de alabanza mientras te hacen un examen íntimo muy incómodo. No pude seguir recibiendo la atención que necesitaba porque la residencia había terminado, así que volvimos a casa. Tuve un sangrado excesivo, pero no conseguía que me atendieran. Pasaron muchas, muchas semanas antes de que pudiera ver a un médico. Para entonces, me tuvieron que operar. Se convirtió en un calvario mucho mayor.

El sistema de salud es tan diferente en términos de costos, en términos de accesibilidad, en términos de estar en un país y un entorno muy laicos, y luego regresas a Texas, donde todo está tan saturado de religión: ponen música cristiana mientras te hacen un examen pélvico, hay cruces por todas partes. Es muy diferente. No sentía que pudiera ser abierta como lo era en Alemania. Crecí con católicos mexicanos y cristianos evangélicos muy estrictos, así que era como si todas mis experiencias de vida tuvieran como filtro esas lentes. 

Por eso en mi trabajo suele haber mucho imaginario religioso, porque es una parte permanente de mi…

GM: ¿Trauma? Otro componente de Praise Music Sonogram es la investigación que hiciste sobre las clínicas falsas en Texas que engañan a los pacientes. ¿Puedes hablarme de eso?

JBL: Hay un sitio web que recopila un directorio de clínicas falsas para ayudar a la gente a discernir dónde puede recibir verdadera atención a la salud y dónde no. Es uno de los recursos en un fanzine que repartimos durante el performance. Actualmente hay dieciséis en Houston. Se presentan como centros de salud: vas y te haces una prueba de embarazo, y luego te dan un montón de literatura antiaborto y un sermón. También hay prácticas muy manipuladoras espiritualmente en las que, por ejemplo, necesitas algo como pañales gratis, y te dicen: “Mira, puedes formar parte de nuestro programa de pañales gratis si te apuntas y vienes a estas clases de estudio de la Biblia”, y tienes que asistir a toda la clase, y al final te dan los pañales gratis.

Ilustración en blanco y negro del brazo de una mujer que parece surgir de un folículo.

Mayra Huerta, “Ache” [Dolor], del fanzine “Tía Sabiduría”

GM: Esta no es la última parada de Praise Music Sonogram. Viajará después a Links Hall, en Chicago, y luego a la Universidad de Texas en El Paso. ¿Vas a investigar clínicas falsas en esas zonas?

JBL: Sí, están por todas partes. Quiero decir, no están sólo en Texas. Es una conexión que va hacia todos lados. El Chicago Abortion Fund atiende a muchas personas tejanas que tienen que viajar hasta Chicago para recibir ese servicio de salud. Conocí a alguien que trabajaba allí que era de Texas y estaba muy contenta de poder atender a mujeres que formaban parte de su comunidad. Está tan lejos, ¿verdad? Es sorprendente que esa conexión esté ahí, pero está.

 

Praise Music Sonogram estuvo en exhibición en DiverseWorks del 6 al 8 de febrero del 2025.

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