Moda de cartón: Una entrevista con Juan Carlos Escobedo

by Colette Copeland December 1, 2022

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 8 de octubre del 2022.

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

Sobre el asfalto de la parte baja de un puente, se encuentra la silueta rosa de un hombre cuya parte superior está formada por un pequeño montículo con casas. Sus ojos morados están debajo de la altura usual y un par de láseres salen disparados desde la altura de su boca.

Juan Carlos Escobedo, “Isn’t Allowed” [No está permitido]

Conocí por primera vez a Juan Escobedo en línea tras leer sus comentarios en mi artículo “Bad Bunny” sobre Sarah Fox en mayo de este año, después de que la trol Benita Ocasio (un nombre falso) atacó la obra de Sarah, mi escritura y a mí. A diferencia de la mayoría de las personas que comentan, Juan usó su nombre real y defendió a las artes y a los artistas. Su valentía al levantar la voz contra una poderosa institución del arte me hizo querer averiguar más sobre él y su obra. Esto me llevó eventualmente a su sitio web y a una serie de conversaciones sobre su trabajo. Juan creció en la frontera entre Estados Unidos y México en Sunland Park, Nuevo México; El Paso, Texas, y la región de Ciudad Juárez. Su práctica surgió de su identidad como un hombre queer moreno y mexicanoestadounidense. Obtuvo su MFA del Massachusetts College of Art and Design y vive en San Antonio.

Colette Copeland (CC): Tu exposición actual en el Galveston Arts Center presenta tu obra x J.ESC: Assimilation Apparel [x J.ESC: ropa de asimilación], una seudolínea de ropa que examina temas relacionados con la clase y la raza. He estado siguiendo esta obra durante los últimos meses, ya que la has estado publicando en redes sociales. Me interesa cómo estás usando el humor subversivo, específicamente la sátira, así como los lenguajes visuales y textuales de la moda y la publicidad para hablar acerca de la “gentrificación del cuerpo moreno” y navegar por espacios blancos privilegiados.

Juan Escobedo (J.ESC): Veo la obra como una representación de los constantes ajustes que he hecho a mi manera de hablar y vestir para hacer que la gente se sienta más cómoda con mi color de piel, mi sexualidad y mi origen socioeconómico. Uso el humor y la ropa como una manera de relacionarme con la audiencia y de hacer más suave el golpe de lo que en realidad estoy diciendo. También me disgusta la confrontación, así que usar el velo del humor y la moda me permite decir cosas que normalmente provocarían a la gente. Es más fácil tragarse que todos somos un poco prejuiciosos y que usamos esto en contra de las personas si le pongo encima crema batida y una cereza.

CC: Tu feed de Instagram es muy interesante por cómo estás usando elementos de diseño visual no sólo para “comercializar” tu perfil (y tu obra), sino como un marco conceptual para el diálogo que rodea otros asuntos más importantes. Por ejemplo, tus publicaciones recientes incluyen sesiones de fotos colaborativas con modelos de la agencia IV League usando tu ropa escultural. Publicar imágenes vacías en escala de grises al lado de retratos trastoca las tendencias de hacer scroll del espectador. Se detienen y se preguntan: ¿Qué carajos? ¿Por qué hay un cuadro gris vacío en mi teléfono? Una serie de publicaciones anterior incluye el retrato circular, que me recuerda a los retratos de silueta de principios del siglo XIX que al final fueron usados para el perfilamiento racial. ¿Cómo se vincula tu presencia en las redes sociales con tu práctica artística en general?

Captura de pantalla de un perfil de Instagram en el que se alternan cuadrados grises y fotografías de personas de piel oscura vestidas con prendas de cartón.

Juan Carlos Escobedo, captura de pantalla del perfil de Instagram con cuadrados grises

J.ESC: Si puedo ser completamente honesto, los cuadrados grises y los marcos circulares negros son más una elección estética sin mucho concepto detrás de ellas. Me di cuenta de que cuando publicaba una imagen tras otra se veía un poco atiborrado, entonces se me ocurrió que añadir publicaciones vacías en gris o motivos circulares podría hacer que la página se viera más interesante. También, la obra desde el principio tenía una cualidad antigua o de ciencia ficción y creo que añadir las formas simplificadas dispersan el perfil. Las imágenes principales parecen haber sido colocadas en una posición similar a un altar cuando las ves en el formato de cuadrícula. También he comenzado a hacer que mi página web sea similar.

Ahora que lo mencionas, desearía haber sido más consciente de que la estética de las siluetas de perfilamiento racial estaba presente en la forma en que presento esas fotografías. Sé que artistas como Kara Walker utilizan esa técnica y forma directamente su concepto. Desafortunadamente yo no estaba pensando con tanta profundidad, PERO es algo que tomaré en cuenta de ahora en adelante.

Captura de pantalla de un perfil de Instagram en el que se alternan cuadrados negros con detalles circulares y fotografías con marcos circulares redondos de personas morenas con tocados de cartón.

Captura de pantalla del perfil de Instagram de Juan Carlos Escobedo que muestra los círculos blancos sobre fondos negros

CC: Tu uso del lenguaje es verdaderamente inteligente, poderoso y oscuramente cómico. La obra Reversible Helmet [Casco reversible] declara que “usa tecnología de asimilación para aliviar el trauma craneal de microagresiones. No está 100% garantizado. Asimílate bajo tu propio riesgo. Disponible en ‘ni siquiera eres de ese marrón-beige y predominantemente blanco pálido’”. Vi en tu currículum que das clases y trabajas como tutor de escritura. ¿Qué piensas acerca de usar el lenguaje como una herramienta para influir en el cambio?

J.ESC: Creo que uso el humor para dar calma a las personas. También uso el humor para hacer que sean un poco cómplices. A menudo la gente niega tener prejuicio alguno. Cuando dices algo como “privilegio blanco” o argumentas que las personas negras o morenas son discriminadas desproporcionadamente, eso incomoda a las personas y quieren negar que esas cosas chafas ocurren.

Cuando planteas una frase o una situación que es humorística, hay un entendimiento de que lo que se dice es común o típico. Cuando me refiero a cosas como “baratas” o hago una declaración como “puedes sacar a una persona del parque de remolques, pero no puedes sacar el parque de remolques de una persona”, estoy usando un código lingüístico común que ha sido usado repetidamente para hacer referencia a cómo se puede percibir la clase a pesar de los intentos de una persona por esconderla.

También siento que es más fácil de digerir que un seco texto académico de 10 páginas acerca del racismo sistémico.

Con respecto al uso del lenguaje como una herramienta para influir en el cambio, no estoy seguro de que yo solo tenga el poder de hacerlo, ni nunca tuve esa intención. El lenguaje puede definitivamente crear cambio, pero para hacerlo primero debe ser acordado colectivamente por la comunidad que usa ese lenguaje.

Si estoy creando cambio, es mediante la reutilización. Reciclo y reutilizo TODO, el contenedor plástico de comida que se supone que debes tirar, ropa, cartón… Y creo que esta práctica se transfiere también al lenguaje. Uso frases comunes y formatos lingüísticos y los reutilizo para que la audiencia no pueda afirmar que estoy diciendo algo radical o nuevo. Sólo estoy reafirmando lo que me han dicho, pero con la intención de hacer responsables a las personas en el poder por cosas que se dijeron en el pasado, y hacer que las personas que han sido brutalizadas por este tipo de lenguaje se sientan vistas y no como si sólo estuviera en su cabeza.

De un tubo blanco suspendido frente a tres ventanas largas, cuelgan distintas prendas de ropa hecha de cartón.

Juan Carlos Escobedo, vista de la instalación “Assimilation Apparel” [Ropa de asimilación], expuesta en el Galveston Arts Center. Imagen cortesía del Galveston Arts Center y Jacqueline Saragoza McGilvray.

CC: Hablando de reutilizar TODO, discutamos la materialidad. El cartón es uno de tus materiales de elección. Es un símbolo poderoso cuando se usa para encarnar los temas de tu obra, especialmente las ideas de mano de obra barata y lo desechable. También has jugado con su color marrón, que en tu trabajo hace referencia a la raza y a la desigualdad. En algunas de las imágenes más recientes, estos materiales incluyen una mezcla de blanco y marrón.

J.ESC: La primera vez que usé blanco fue en los ERCOT Trainers x J.ESC [Tenis ERCOT x J.ESC]. Estaba atrapado durante el apagón en mi departamento con poca aislación térmica y sin calefacción centralizada y tenía frío y me sentía amargado. Escuché que algunas de las áreas más acaudaladas de San Antonio ni siquiera sintieron el apagón y estaban sentadas cómodamente, y eso me hizo sentir aún más amargado. Recuerdo haber intentado pensar en un material que fuese el equivalente del cartón, pero que se perciba como mejor. La respuesta simple fue el papel blanco, además era tan fácil y había estado frente a mí todo este tiempo. Recreé la casa de Full House (conocida como Tres por tres en Latinoamérica) porque me encantaba ese programa cuando era niño. Después añadí la escultura de la casa a los zapatos y escribí una descripción de catálogo que decía:

¿Quedaste atrapado en el lado equivocado del apagón de la red ERCOT? Da el mejor paso con estos nuevos tenis x J.ESC ESpor. ¡Al menos uno de tus pies se mantendrá caliente!

Disponible en:

Beige no-lo-suficientemente-cálido

Mantenlo liviano y blanco

Nuez corte-de-luz

La casa blanca resaltó el color marrón de las otras áreas y enfatizó el cartón como material encontrado. También ayudó a la audiencia a identificar cómo percibimos los materiales de diferentes maneras. Aunque estaba emocionado por este salto, también estaba nervioso porque como regla general intento mantenerme alejado de representar las identidades de otros en mi propia obra para evitar proyectar mis propios prejuicios. Es por eso que evito figuras por completo y por lo que era el único que usaba las piezas inicialmente.

Sobre dos repisas blancas en una pared blanca, se encuentran tres pares de tenis de cartón sobre los cuales se alzan casitas de color blanco y marrón. El primer par, de cartón marrón con detalles blancos, comparte repisa con una caja blanca. Los otros dos pares, uno de botas blancas y el otro de tenis marrón, comparten la repisa de abajo.

Juan Carlos Escobedo, vista de la instalación “Assimilation Apparel” [Ropa de asimilación], expuesta en el Galveston Arts Center. Imagen cortesía del Galveston Arts Center y Jacqueline Saragoza McGilvray.

No veía la intersección entre la blanquitud y yo mismo más que como un símbolo de algo opresivo. Por suerte, en el centro de escritura leímos mucha literatura para intentar desmantelar la idea de que el inglés académico era el estándar para escribir. Los artículos que leímos discutían que el inglés académico era sólo un código lingüístico privilegiado que tenía raíces en ideologías clasistas y racistas establecidas por un grupo demográfico blanco.

Una lectura en particular, “Should Writers Use They Own English” [¿Deberían los escritores usar su propio inglés?] de Vershawn Young, tocó una fibra sensible porque era un artículo académico publicado en una revista académica que discutía estas ideologías, pero fue completamente escrito en inglés vernáculo afroestadounidense (AAVE, por sus siglas en inglés). Fue desconcertante leerlo al inicio, pero me ayudó a entender cómo el inglés académico es un código lingüístico hecho por y para gente blanca, y que yo aprendí, usé y perpetúe las reglas de este código blanco. Aquí es donde vi la intersección entre la blanquitud y yo. No soy físicamente blanco, pero he usado esa forma de hablar desde muy joven para validar mi presencia como una persona morena y pobre. Era algo que empuñaba para que no se pudiera usar en mi contra.

Para ser justo, me ha ayudado mucho porque me da la oportunidad de hablar y escribir de una manera que obtiene atención y respeto, como la entrevista para este artículo. Pero en la búsqueda de sentirme validado por el mundo académico que habla este inglés blanco, he perdido o dejado que aspectos de mi ser moreno se queden a mitad del camino. Es una negociación constante porque en un espacio blanco soy el queer moreno con acento de El Paso que dice demasiado “you know how?” (¿sabes cómo?) o “ay, ay”, y en los espacios morenos soy un queer engreído que intenta sonar blanco usando palabras como “mitigar” o “amalgama”.

Lol. Es agotador. Necesito vacaciones.

CC: Hay mucho que desentrañar aquí. Estoy de acuerdo con todo lo que dijiste sobre cómo el lenguaje puede oprimir, así como liberar, mientras funciona dentro un código lingüístico blanco y privilegiado. La negociación de la que hablas es un espacio liminar, un limbo donde es difícil encontrar nuestro verdadero ser. Me esfuerzo mucho para evitar hablar o escribir académicamente, pero claramente fracasé ya que acabo de usar la palabra liminar.

J.ESC: ¡Y usar esas palabras está bien, Colette! Deberíamos poder expresarnos en el código lingüístico con el que nos sintamos cómodos hablando. Lo que no está bien es cuando vemos al inglés académico, o sólo el inglés en general, como EL estándar. Tiene reglas que uno sigue, pero también las tienen otros códigos lingüísticos como el español, el espanglish, el AAVE, lenguas de señas, etcétera. Y también son válidos.

CC: De acuerdo. Volvamos a las esculturas. Me encanta que las obras son esculturas que se pueden poner, pero no son prácticas para un uso funcional. Las esculturas están hechas de materiales baratos y son frágiles y delicadas. ¿Qué papel tiene el cuerpo al activar el arte? En la obra, donde el cuerpo está presente, es un poderoso reclamo sobre el cuerpo moreno como un sitio de poder.

En una galería de paredes blancas cuelgan prendas de cartón del lado izquierdo, al fondo dos repisas sostienen tenis de cartón y a la derecha cuatro repisas individuales sostienen distintos accesorios de cartón.

Juan Carlos Escobedo, vista de la instalación “Assimilation Apparel” [Ropa de asimilación], expuesta en el Galveston Arts Center. Imagen cortesía del Galveston Arts Center y Jacqueline Saragoza McGilvray.

J.ESC: Tengo sentimientos encontrados acerca de la manera en la que el arte funciona sobre el cuerpo. Por una parte, cuando uso cualquiera de las piezas me hace sentir CHINGÓN Y FABULOSO. A veces me pongo algunas de las obras y sólo me veo y poso y tomo fotos, todo el rollo.

También se ven increíbles en las modelos de IV League Marie, Alyse y Willis, que son sobrenaturalmente preciosas. Deberías verlas en persona, las fotos no les hacen justicia y ADEMÁS son modelos profesionales de verdad entrenadas y que están perfeccionando este oficio, así que claro que la ropa se ve increíble en ellas.

Dicho esto, estaba muy nervioso de que las modelos usaran la ropa porque todas se identifican como negras y no quería proyectar o asignarles ningún estereotipo. Un estereotipo del que soy muy consciente es que todas las personas morenas o negras son pobres. Sucede que yo soy moreno y crecí siendo pobre, pero ahora sé que este no es el caso de todos. En el pasado, he sido escudriñado por otras personas hispánicas o latinas por inclinarme demasiado hacia ese aspecto del trabajo y perpetuar la idea de que las personas morenas son pobres. Tuve un par de conversaciones con los directores y con las modelos para explicar mi trabajo. Todos se veían interesados y se identificaban con la obra de una forma u otra. Eso, o simplemente pensaban que era lo suficientemente cool para usarlo y eso también me hace feliz.

Sobre unas repisas blancas en una pared blanca están tres gorras de cartón, la primera es blanca y sobre ella hay una casa y un árbol, la segunda es marrón y sobre ella parecen alzarse tumbas y la tercera es blanca y sobre la visera marrón tiene un árbol y una pequeña casa rodante.

Juan Carlos Escobedo, “Cap” [Gorra] (izquierda), “Colonia Cap” [Gorra de la colonia] (centro), “Trailita Trucker Cap” [Gorra de camionero de trailita] (derecha), 2022, cartón marrón, cartón blanco mate, papel blanco, papel marrón, 13.9 x 17.1 x 26 cm. cada una. Imagen cortesía del Galveston Arts Center y Jacqueline Saragoza McGilvray.

En realidad, el concepto inicial era que las prendas permanecieran colgadas o en estantes, similar a una boutique o una tienda. Pensé en esto para tratar de ir contra de los métodos de instalación normales y crear una experiencia inmersiva. Me imaginé a la audiencia mirando la ropa. Estaba interesado en hacerlos pensar “¿qué prendas escogería? Y después hacerlos pensar en por qué tomaron esa decisión. También me gusta pensar que una persona podría escoger el artículo de ropa que se parece menos a ellos para que pudieran experimentar lo que sería habitar esa identidad, como ponerse en los zapatos de otra persona.

Creo que la obra es conceptualmente más exitosa fuera del cuerpo porque la vacuidad de la ropa por sí sola ayuda a los espectadores a imaginarse a sí mismos en ella. También hace que la obra sea más accesible cuando no la unimos constantemente a un ser humano hermoso.

Sobre una repisa blanca en una pared blanca están cuatro accesorios hechos de cartón. A la izquierda, unos lentes de cartón marrón con unas cruces que se alzan donde estaría la frente; en el centro-izquierda, una especie de antifaz de cartón marrón con detalles de cruces encima; en el centro-derecha una diadema de rostro completo de cartón marrón y unos lentes de cartón blanco que tienen una casa en cada ojo; al extremo derecho, un cubrebocas de cartón blanco formado por una elegante casa de dos pisos.

Juan Carlos Escobedo, (de izquierda a derecha) “Panteonero Glasses” [Lentes de panteonero], 2021, cartón, 6.3 x 12.7 x 13.9 cm.; “Round Sunland Park Glasses” [Lentes redondos de Sunland Park], 2022, cartón, 16 x 12.7 x 13.9 cm.; “Face-It Face shield” [Máscara de protección para encarar], 2022, plástico, cartón marrón, cartón blanco mate, 16.5 x 24.1 x 16 cm.; “White Facemask” [Cubrebocas blanco], 2021, cartón blanco mate, papel blanco, 8.8 x 30.4 x 7.6 cm. Imagen cortesía del Galveston Arts Center y Jacqueline Saragoza McGilvray.

CC: Eso es interesante. Puedo y he imaginado cómo se vería mi cuerpo con tu ropa. Como mujer blanca privilegiada, siento que sería explotador si la usara, como si me estuviera apropiando de una cultura que no es la mía. Entiendo lo que dices sobre las modelos, pero todavía hay una escasez desproporcionada de modelos de color en los medios. Por lo tanto, mantengo mi afirmación de que los cuerpos activan las obras de una manera poderosa.

J.ESC: Creo que sólo sería explotación si afirmaras ser morena mientras las usas, si sólo hicieras analogías entre ti misma y los aspectos desfavorecidos de la obra, o si negaras la jerarquía de los materiales y las representaciones de las casas. Invito a una persona blanca a que se ponga la ropa, pero al hacerlo tendría que evaluar sus ventajas y eso es algo difícil de hacer.

Fue difícil para mí decir “Tengo una ventaja sobre otras personas morenas porque puedo hablar de una manera que las personas blancas privilegiadas pueden entender y eso me ayuda a obtener oportunidades”. Cuando finalmente lo hice, me volví más consciente de mi identidad y, conceptualmente, fui capaz de añadir otra capa a la forma en que describo mi identidad. Creo que los espectadores también respondieron bien a esto porque pueden ver que no sólo estoy intentando sacar la carta del chico empobrecido, moreno y gay, sino que estoy diciendo las realidades a las que muchas personas morenas se tienen que enfrentar.

Sobre el asfalto de la parte baja de un puente está la silueta rosa de un hombre cuya parte superior está formada por un pequeño montículo con casas. Sus ojos morados están debajo de la altura usual y un par de láseres salen disparados desde la altura de su boca.

Juan Carlos Escobedo, “Isn’t Allowed” [No se permite]

CC: Por favor dime más del icónico símbolo de la casa como tema o motivo recurrente en tu trabajo.

J.ESC: Siempre fui consciente de la percepción que una casa puede tener porque crecí en un hogar poco convencional, un tráiler de campamento que medía a lo mucho 3 metros de ancho y quizá 9 metros de largo, así que eran como 27 metros cuadrados. Las personas que lean esto dirán algo como “oh, es como el tamaño de una tiny home. Tan de MODA”, pero en un punto siete personas, incluyéndome, habitábamos ese espacio. Era híper consciente del espacio y el tamaño porque mi madre lo limpiaba obsesivamente para intentar contrarrestar la percepción de que si eres pobre también eres sucio.

También era consciente de las casas porque visitábamos a la tía de mi madre todos los fines de semana en Ciudad Juárez en el área de la colonia Felipe Ángeles. Estaba en el lado este de la ciudad en una de las áreas más pobres de la ciudad. Mi tía Berta (QEPD) vivía en la cima de una colina rocosa en una casa de cartón. En los años 60 y 70, los políticos de Juárez entregaron tierras y, para que la gente la reclamara oficialmente, tenían que establecer un hogar. Muchas personas armaron casas improvisadas con paletas de carga, las aislaron con cartón y vivieron en ellas durante décadas. Creo que aquí fue donde digerí en mi subconsciente el hecho de que el cartón se podía usar para algo más que para empacar o enviar algo. Mi madre enfatiza que fuimos increíblemente afortunados de vivir en la casa en la que vivimos porque hay personas que eran menos afortunadas que nosotros.

Lo que conocí de casas ricas fue en la televisión. Era hijo de madre trabajadora y consumía cantidades asquerosas de series y películas en la televisión. A menudo me enamoraba de casas de la tele y de películas y pensaba en maneras en las que el tráiler se podría transformar en algo similar a esas casas ricas. También uno de los dos caminos que nos llevaba de Sunland Park a El Paso era el Country Road Club, así que puedes imaginarte las espléndidamente bellas casas por las que pasábamos.

En mi experiencia, las casas son el mejor indicador del estatus socioeconómico de una persona. Una persona puede presentarse con ropa de marca y un coche nuevo, pero podría estar regresando a una casa que no refleja ese estándar. Lo sé porque a menudo las personas en Sunland Park lo hacían. Lo que manejaban y usaban era algo que podían cambiar para presentarse de la mejor manera y ganar una forma de respeto. Yo hago eso, incluso ahora al poner mucho énfasis en mi forma de vestir.

En las obras uso las casas como indicador de clase y básicamente las uso como sustitución de las personas que habitan ese espacio. Sin duda los espectadores sabrán que tipo de persona vive en la casa representada en White Facemask en contraposición con Trailita Trucker Cap.

Una mujer de cabello corto y piel oscura viste un suéter de cartón blanco con olanes y una casa de dos pisos y un árbol en cada hombro. En el pecho de esta prenda sobresale una casa contrecha de cartón marrón. La mitad del rostro de la modelo está cubierto por una mascarilla de cartón blanco compuesta por una lujosa casa de dos pisos.

CC: Esto me lleva a tu alter ego HouseMan [Hombre-casa] y los videos performance de este personaje, que parece estar muy fuera de lugar en el mundo. Confesaré que estoy muy enamorada de HouseMan. Parece un alienígena del espacio exterior que lucha por navegar el mundo loco en el que vivimos. Lleva su casa a cuestas (como un caracol), pero refleja perplejidad o que no sabe dónde está. El uso de animación y de colores brillantes suma a esa desorientación. ¿Cuál es la historia de su origen, y le veremos más?

J.ESC: HouseMan, en cierta medida, es uno de los predecesores de la ropa. Fue algo que creé unos cuantos años después del posgrado y fue mi intento de reducir los enormes paisajes y casas de cartón que estaba creando durante el posgrado. Cuando creé por primera vez a HouseMan, alrededor del 2017, comenzaba a evaluar mi identidad y las experiencias que tuve en el posgrado. Estaba en San Antonio, en una relación de mierda, lejos de mi familia y sin una comunidad artística. Me sentía muy solo. No encajaba en Boston, pero tampoco encajaba en Sunland Park. No estaba en un lugar ni en otro.

Creé el tocado con cartón para representar la piel morena y la cultura socioeconómica de la que vengo. Decidí que el cuerpo debería ser también un ambiente, para crear inestabilidad visual. A menudo uno la “falta de hogar psicológica” con la obra de HouseMan. Este término se usa cuando un individuo, sobre todo inmigrantes o hijos de inmigrantes, siente que no es parte de la comunidad a la que inmigró, ni de la comunidad de la que inmigró. Yo no inmigré, pero definitivamente sentí, cuando vivía en Boston, que había un choque cultural para el que sencillamente no estaba preparado.

Me puse el tocado, hice que mi ex de mierda me tomara fotos usándolo (en realidad fue muy amable de su parte) y luego las imprimí e hice un collage con las imágenes. Por un rato sólo existieron como collages, pero después de hacer uno tras otro el proceso se estancó. Afortunadamente, por esa época tuve una visita de estudio realmente increíble con Jacqueline Saragoza McGilvray, quien tuvo la amabilidad de darme comentarios muy valiosos en el garaje caliente y sudoroso en el que estaba trabajando. Esto fue muuucho antes de que empezara a reunirme o a ser parte de la comunidad artística de San Antonio, así que estoy muy agradecido. Durante aquella visita Jack sugirió que esos podían existir como animaciones o como videos, entonces cambié la dinámica de la obra. En el caso de HouseMan, la obra es mejor porque hay un cuerpo para activarla.

He hecho más videos de HouseMan. De hecho, hay una segunda temporada de las aventuras de HouseMan que fue creada en colaboración con los estudiantes del programa MOSAIC del Blue Star Contemporary Art Museum. Los estudiantes desarrollaron y crearon dos nuevos personajes y dirigieron una nueva serie de “episodios” en los que HouseMan interactúa con ellos.

Inicialmente estaba pensando en matar a HouseMan, pero creo que todavía hay una gran oportunidad ahí. También quiero tomar esa técnica de collage digital y usarla en la ropa. Fui aceptado en la residencia del Houston Contemporary Craft Center para el verano del 2023, así que en realidad estoy pensando cuál es el siguiente paso. Ya tengo algunas ideas: una de ellas es ese video, otra es crear un paisaje de cartón que cuelgue de cabeza y la tercera es hacer outfits, o conjuntos de prendas, de “noche” y de “atardecer” que incorporen luces.

Así que si alguien en Houston sabe de algún trabajo de enseñanza de arte que pueda hacer durante el verano del 2023 o necesita que alguien le ayude a deshacerse de cartón, YO SOY ESA PERSONA.

 

“Assimilation Apparel” [Ropa de asimilación] estará en exposición en el Galveston Arts Center hasta el 13 de noviembre del 2022.

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