Editor’s note: This article was published in English on Glasstire on Oct. 15, 2019. Find that here.
Para leer la primera parte de esta serie, por favor dirígete aquí. Parte II, aquí.
Traducción de Yolanda Fauvet.
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Enrique Chagoya, “St. George the Dragon” [San Jorge el dragón], 2004, tinta y pintura acrílica sobre papel (póster para anunciar la exposición del artista), 35.6 x 29.2 cm, colección del artista, © Enrique Chagoya, cortesía del artista y la George Adams Gallery, Nueva York.
St. George the Dragon [San Jorge el dragón] es una de las composiciones más ingeniosas de Chagoya. No lleva el nombre San Jorge contra el dragón porque el presidente George W. Bush es simultáneamente el caballero asesino y el malvado dragón. Ya que las serpientes y los dragones son representantes del diablo (en la iconografía cristiana), podemos ver a Bush como una especie de diablo, a pesar de su rostro humano y su casco de caballero. A pesar de lo que uno pueda decir sobre la cabeza de Bush, claramente le faltan las atemorizantes fauces y colmillos que hacen del tiranosaurio rex tan poderoso y mortal. Este tiranosaurio con cabeza de Bush tan solo podría patear a un enemigo, golpearlo con su cola o agitar sus pequeños brazos en su dirección. Por consiguiente, es un símbolo adecuado de los límites del poder de Estados Unidos contra fuerzas poco convencionales.
Bush blande sus armas preferidas, un pequeño misil y una pequeña cruz, en sus pequeñas manos. La cabeza de Osama bin Laden brota de la punta de la cola de tiranosaurio de Bush. Podemos imaginar a Bush intentando inútilmente capturarlo, como un perro persiguiendo su propia cola: puede ver a Bin Laden, pero no puede atraparlo. El vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld son dinosaurios más pequeños que Bush, aunque tienen cuellos y brazos más largos (similares a los velocirraptores, pero en una escala más grande que el dinosaurio Bush). A pesar de que también les hacen falta los dientes carnívoros de los saurios, por lo menos sus brazos son lo suficientemente largos para permitirles ponerse sus propios anteojos.
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Enrique Chagoya, detalle de “St. George the Dragon”, © Enrique Chagoya, cortesía del artista y la George Adams Gallery, Nueva York.
Mientras se ven el uno al otro a los ojos, Bin Laden, en la forma de un pterosaurio, planea silenciosamente justo encima de ellos. Esta capacidad aérea para eludirlos evoca los aviones que se estrellaron contra el World Trade Center y el Pentágono, así como el éxito que tuvo para evadir su captura en Afganistán. Bush ve el Bin Laden volador y blande furiosamente su cruz cubierta de sangre hacia él (y quizá hacia el Bin Laden que está en su cola) sin resultado alguno. Un matamoscas habría sido más efectivo porque le habría dado mayor alcance. La cabeza de Bin Laden en la cola de Bush responde con una risa burlona. Bin Laden justificó sus ataques a Estados Unidos como una Guerra sagrada en contra de los infieles. Bush inmediatamente tomó el estandarte de los caballeros de las cruzadas cristianas peleando contra los infieles al declarar que “esta cruzada, esta guerra contra el terrorismo va a tomar un largo tiempo”, como lo reportó Peter Ford en el artículo “Europe cringes at Bush ‘crusade’ against terrorists” [Europa se encoge ante la ‘cruzada’ de Bush contra los terroristas], publicado en el Christian Science Monitor en septiembre del 2001.
Ya que cada una de las partes demonizaba a la otra, Chagoya reparte de manera equitativa entre ellas la forma de saurio que simboliza dicha demonización. Citando a la película Pulp Fiction [Tiempos violentos], ambos lados querían “ponerse medievales” con el otro. De ahí que Bush aprobara la tortura o, como su administración la llamaba, “técnicas de interrogación mejoradas”. El “submarino”, por ejemplo, es una tortura de la vieja escuela (ya que no necesita electricidad) usada por la Inquisición Española y otros. La tortura con agua también fue usada por y contra las fuerzas armadas estadounidenses en múltiples ocasiones en el último siglo, pero lo que la hace única en este caso es la autorización explícita de su uso por los más altos niveles de gobierno. Como siempre, Chagoya cuestiona la dicotomía civilización-barbarie que ha estado en el corazón de la cultura occidental desde los antiguos griegos. (Ve la discusión sobre Civilización y Barbarie en Chagoya II).
A la distancia, sangre borbotea de una torre de extracción. Este detalle fusiona elementos de las dos manos retratadas en Hand of Power [Mano del poder] (1993), una pintura de Chagoya. Una mano, inspirada por la mano sangrante de Cristo de los retablos mexicanos, chorrea sangre. La otra mano es una de las manos enguantadas de Mickey Mouse y sostiene una torre de extracción que chorrea petróleo. La torre sanguinaria en St. George the Dragon condensa un famoso eslogan en contra de la guerra de Irak: “No blood for oil”, conocido en español como “No más sangre por petróleo”.
Cuando se trata de sangre, la guerra de Irak de Bush la tuvo a borbotones y sus efectos fatales están todavía lejos de ver el fin (ve Chagoya II). Peter Bergen, en un artículo para Prospect en el 2006, refutó la predicción de Samuel Huntington de que un “choque de civilizaciones” reemplazaría a la guerra fría: “La mayoría de los musulmanes condenaron los atentados del 11 de septiembre y después de los ataques el intento de Bin Laden de encender un choque de civilizaciones fracasó”. Bergen también anota que la respuesta mal dirigida de Bush a los sucesos del 11 de septiembre tuvo resultados desastrosos: “es más bien la guerra que Estados Unidos eligió emprender contra Irak la que galvanizó el antiamericanismo entre los musulmanes”. Esa guerra simultáneamente borró las conexiones sauditas a los atentados del 11 de septiembre y convirtió a los musulmanes en chivos expiatorios terroristas, práctica que continúa presente en la prohibición de inmigración musulmana del gobierno del presidente Trump.
En primer plano, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice (quien aprobó el uso de tortura) es un anquilosaurio, un dinosaurio blindado con una porra en la cola. En México, se conoce como dinosaurios a los políticos corruptos de la vieja guardia. La implicación aquí es que estas monstruosas criaturas políticas de la vieja guardia deberían estar extintas.
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George Cruikshank (británico, Londres, 1792–1878), “The Head Ache” [El dolor de cabeza], diseñado por el Capitán Frederick Marryat (británico, Londres, 1792–1848), 12 de febrero de 1819, grabado al aguafuerte coloreado a mano, hoja de 27.3 x 31.9 cm, colección del Metropolitan Museum of Art.
En el grabado satírico de Cruikshank, una pandilla variopinta de demonios asedia a un hombre, ocasionándole un dolor de cabeza insoportable. Un demonio simiesco sostiene partituras en las manos mientras se sienta en el hombro derecho del hombre y le grita al oído. Un demonio oscuro se acerca con un atizador al rojo vivo. No cabe de emoción anticipando el dolor que infligirá. Un demonio con una lengua prominente y un agarre firme en su zarpa está de pie sobre el sillón y da vueltas a un enorme sacacorchos cuya forma hace eco a la cola serpentina del demonio. El sacacorchos ha penetrado por completo en su víctima y su punta está adyacente al borde del sillón. Otro diablillo da vueltas a un taladro más sencillo con un asa de madera. El más grande de estas criaturas repugnantes golpea energéticamente una gigantesca cuña destinada a partir en dos el cráneo del hombre. El último monstruo tiene una cabeza humanoide y las patas traseras y cola tupida de una ardilla. Hace sonar una corneta dorada situada directamente encima de la oreja izquierda del hombre. Con estos demoníacos artífices de dolor, podemos estar seguros de que la medicina del hombre, a la que se aferra con su mano izquierda, no le servirá de nada.
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Enrique Chagoya, “The Head Ache, A Print after George Cruikshank” [El dolor de cabeza: un grabado basado en la obra de George Cruikshank], 2010, grabado al aguafuerte con color impreso digitalmente en papel gampi, técnica chine collé, hoja de 40.6 x 50.8 cm, colección del Metropolitan Museum of Art.
Los demonios también pueden simbolizar a aquellos que se oponen a la expansión de la atención médica en los Estados Unidos y a aquellos que demonizan la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio de Obama, conocida como Obamacare, por la misma razón. Estos demonios reales causan y prolongan dolor y sufrimiento innecesarios. Como lo señala el sitio web del Metropolitan Museum, la simple sustitución conceptual fue técnicamente compleja. Tres talleres gráficos ayudaron a reproducir digitalmente el grabado de Cruikshank y a transferir digitalmente la versión de Chagoya de la cabeza de Obama en la placa de grabado.
Cuando Garry Wills publicó el artículo titulado ingeniosamente “Obamacare: The Hate Can’t Be Cured” [Obamacare: el odio no se puede curar] en el New York Review of Books en el 2014, The Head Ache de Chagoya sirvió de ilustración. El análisis de Wills resultó profético: “Obamacare tiene ahora, para muchos, un halo de odio, y debe ser combatido con todo lo que se tiene. Conservar esta certeza sobre su maldad esencial es una cuestión de respeto a sí mismo, honor para los aliados en esta causa y odio para los oponentes. Es un compromiso religioso”. Wills también plantea el odio y la oposición persistentes a la Seguridad Social como un precedente para el perpetuo vilipendio de la Obamacare: “Como símbolo del New Deal, los republicanos han tratado de derrotarlo a lo largo de las décadas. Paul Ryan todavía está trabajando en ello. George W. Bush trató de usar su mandato de reelección para privatizarla. Una vez que una causa se vuelve sagrada mediante el sacrificio de quienes la apoyan, permanecerá como un objeto de culto para siempre”.
Esto ocasionó un problema más grande. Como lo señala Farhad Manjoo en una reciente columna para el New York Times, Obama, al inicio de su periodo, tenía la mayoría en la Cámara, la mayoría cualificada en el Senado y el mandato ciudadano en el contexto de una crisis severa que le hubiera permitido por lo menos intentar políticas audaces para hacer nuestro país más equitativo. En lugar de eso, rescató los mercados financieros y los bancos, premiando esencialmente a los malhechores que ocasionaron la crisis, y abandonó en buena parte a sus víctimas, las personas ordinarias que perdieron sus casas y trabajos, y a aquellos que continuaron viendo cómo su calidad de vida decaía aún más. Incluso el triunfo más significativo de Obama, la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, beneficia sobre todo a la clase media. Es demasiado caro acceder a ella para la clase trabajadora pobre.
La poca disposición de Obama, o su inhabilidad, para cumplir las promesas de cambio y esperanza contribuyeron a la elección de Donald Trump. Aunque fue continuamente vilipendiado por la derecha, Obama parecía carecer de voluntad para defenderse, aún verbalmente. Así que la imagen de la autoría de Chagoya que retrata a Obama sentado pasivamente mientras demonios taladran y golpean su cráneo es una metáfora visual adecuada de su fracaso de voluntad y la falta de espíritu de lucha que caracterizaron su presidencia.

Enrique Chagoya, “The Governor’s Nightmare” [La pesadilla del gobernador], 1994, pintura acrílica y óleo a base de agua sobre papel amate, 121.9 x 182.8 cm, colección privada.
La 187 fue la primera ley estatal en abordar la inmigración de esta manera, porque hasta ahora se había considerado que la inmigración caía dentro de la jurisdicción federal. Los opositores a la 187 argumentaron que la iniciativa se dirigía a los latinos y asiáticos en particular. The Governor’s Nightmare se presentó en la exposición individual del artista, Borders of the Spirit [Las fronteras del espíritu], en el De Young Museum en San Francisco un poco antes de las elecciones, cuando el conflicto por la 187 se puso al rojo vivo. La pintura causó sensación. David Bonetti tituló su reseña del 15 de septiembre para el San Francisco Examiner “One Man’s Political Art is Governor Wilson’s Worst Nightmare” [El arte político de un hombre es la peor pesadilla del gobernador Wilson]. Kenneth Baker tituló su reseña de la obra para el San Francisco Chronicle “Chagoya’s Culture Clashes” [Los choques culturales de Chagoya].
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“Códice Magliabechiano”, mediados del siglo xvi, creado en papel europeo, Biblioteca Nazionale Centrale, Florencia, Italia, folio 73r.
Chagoya usó el festín caníbal representado en el Códice Magliabechiano (folio 73r) como fuente para The Governor’s Nightmare. En el códice el dios del inframundo Mictlantecuhtli se encuentra sentado en el altar de un templo. Es probable que sea una estatua adornada de Mictlantecuhtli, pues en las excavaciones del Templo Mayor se encontraron estatuas de este dios similares a otra imagen en este códice, en la que aparece de pie. Los comensales devotos parecen haberse detenido antes de hincar el diente en su comida. Tal vez están esperando a que la persona en la cima termine de hacerle al dios una ofrenda de comida embarrada de sangre. No está del todo claro qué es exactamente lo que están comiendo, o a punto de comer. Sospecho que es una comunión preliminar de bolas de masa, aunque también podría ser comida envuelta en tortillas o trozos de carne humana. Dado que las tres ollas de en medio contienen partes del cuerpo humano (una cabeza, un brazo con su mano y una pierna con su pata), la naturaleza canibalesca de este festín es inequívoca.
Chagoya agrega particularidades a su escena para que se vuelva más horripilante. Ahora el dios se encuentra sentado en una pirámide escalonada cubierta de sangre y violencia. Máscaras con colmillos adornan sus rodillas, y un emblema de un corazón humano cuelga de su collar. De una bola de pasto ceremonial en la base de la pirámide salen varios instrumentos para sangrar, usados en los rituales autosacrificiales. Las ollas y los rostros de los celebrantes gotean sangre. Toda la página está manchada de sangre embarrada.
Los comensales de Chagoya están a punto de devorar partes del cuerpo específicas e identificables. El hombre en la cima está muy entretenido con todo el sistema del tracto gastrointestinal, empezando con el estómago. A su lado, otro está comiendo un cerebro entero. El comensal detrás de él literalmente muerde la mano que le da de comer. Debajo de este, una mujer se mete a la boca una oreja mientras el hombre debajo de ella saborea un riñón jugoso. El comensal de la esquina inferior izquierda sujeta un conjunto de genitales masculinos bastante diminutos. A la derecha de este, otro hombre exprime un corazón, ocasionando que tres gotas de sangre vuelen por el aire. La cabeza en la olla es una copia fiel del gobernador Wilson, por lo que podemos suponer que él es el “invitado” del día en este festín caníbal (lo cual indica que esos pequeños genitales deben ser los suyos).
La comilona de Mictlantecuhtli introduce una nota de frivolidad caricaturesca. Sus garras extendidas sujetan un salero gigantesco y en un plato blanco se encuentra un Mickey Mouse atado y aterrado. Dos chiles rojos yacen a los pies de Mickey, pues los aztecas consideraban que comer alimentos insípidos era una penitencia. Tal vez este detalle sea un comentario sobre el boicot latino a Disneylandia en protesta contra la 187.Chagoya interpone una nota de relativismo cultural al incluir en la esquina superior izquierda la Allegory of the Holy Sacrament [Alegoría del Santísimo sacramento] del pintor mexicano Juan Correa (que fue pintada alrededor de 1690 y que ahora forma parte de la colección del Denver Art Museum). En esta escena, Cristo exprime uvas sobre un platillo, del que beberán las ovejas (el rebaño cristiano) que rodean la pila bautismal. Las vides brotan de la herida en el pecho de Cristo y se extienden hacia la cruz en el fondo. La pintura de Correa representa la transubstanciación: la milagrosa transformación de vino en la sangre de Cristo a través del sacramento de la Eucaristía. Mediante este recurso, Chagoya señala que los cristianos también son bebedores de sangre sacrificial, aunque de manera simbólica.
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Enrique Chagoya, “Xenophobic Nightmare in a Foreign Language” [Pesadilla xenófoba en una lengua extranjera], 1994, pintura acrílica sobre papel amate, 121.9 x 177.8 cm, colección del Des Moines Art Center.
La referencia visual principal que Chagoya usó para esta pintura es el grabado de Theodore de Bry de una parrillada canibalesca. Chagoya reubica la cerca, la cabaña en el fondo y el hombre que aviva las llamas y utiliza varios de las poses y los gestos del grabador De Bry. Chagoya, al sustituir la parrilla por una caldera, sitúa la escena en Mesoamérica en vez del Caribe o Brasil (el lugar identificado en el grabado original). Chagoya también retrata a los celebrantes con apariencia indígena. De Bry nunca había estado en las Américas, por lo tanto, no tenía idea de cómo era la gente de ahí, y no hizo ningún esfuerzo por romper con las convenciones occidentales. Chagoya sobrescribe esta escena con una inscripción de color blanco en afrikáans, la lengua usada por el régimen del apartheid que tomó el poder en Sudáfrica en 1948. Este sistema político supremacista blanco, que se basaba en la segregación racial, exigía que las personas de color llevaran pases cuando viajaban. El apartheid terminó definitivamente en Sudáfrica cuando se permitió el voto a personas de todas las razas en 1994; justo cuando Chagoya temía que la 187 inaugurara un sistema de pases en California que oprimiría y discriminaría a las personas de color. La inscripción se traduce como “Quiero despertar ya”.
La 187 recibió una mayoría de votos, pero fue inmediatamente impugnada por motivos constitucionales. Una orden de protección temporal bloqueó gran parte de sus estipulaciones días después de su aprobación, pero ambos lados lucharon por triunfar en el tribunal de la opinión pública. En 1997 un juez federal declaró inconstitucional a la 187 y le siguió con un requerimiento judicial permanente, una decisión que luego fue apelada por el gobernador Wilson. En 1999 Wilson fue reemplazado por el gobernador democrático Gray Davis, quien puso fin al calvario al retirar la apelación. En el 2015, años después de la proposición inicial, Wilson declaró que seguiría apoyando a la 187. La mayoría de los comentaristas creen que la 187 y sus efectos racialmente divisorios contribuyeron sustancialmente a la marginación del Partido Republicano en California. El periódico Politico informa que los votantes independientes registrados ahora sobrepasan en número a los votantes republicanos registrados. Asimismo, algunos expertos anticipan que la política racialmente divisoria del presidente Donald Trump probablemente tendrá significativas consecuencias negativas en la popularidad del Partido Republicano a nivel nacional.
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Enrique Chagoya, “The President’s Xenophobic Nightmare in a Foreign Language” [La pesadilla xenófoba del presidente en una lengua extranjera], 2018, fotograbado sobre placa de cobre con impresión digital a color, pintura acrílica curada por UV y estampado de lámina de oro, 55.9 x 63.5 cm.
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Theodor de Bry, 1594, grabado al aguafuerte que representa el canibalismo en Brasil, originalmente creado para el volumen 3 de la serie “Collected travels in the east Indies and west Indies” [Tesauro de los viajes a las Indias Occidentales y Orientales], que ilustra el relato de Han Staden de sus experiencias en Brasil. Chagoya usó como referencia una versión coloreada a mano del grabado de la serie “América” de Theodor de Bry, que se publicó en España por la editorial Ediciones Siruela S.A. en 1992. Observa que el acuarelista no logró colorear la pierna de la mujer en el centro del primer plano (casi parece que a su hijo le ha salido una pierna adulta). Este error inspiró a Chagoya a ponerle una cabeza negra a un niño blanco.
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Enrique Chagoya, detalle de “The President’s Xenophobic Nightmare in a Foreign Language” [La pesadilla xenófoba del presidente en una lengua extranjera].
Las pinturas canibalescas tratadas en este artículo sólo son la punta del artístico iceberg caníbal de Chagoya. Sin embargo, a pesar de las apariencias, el artista me asegura que no está obsesionado con el canibalismo. Él explica: “Mi uso del canibalismo es metafórico para burlarme de los estereotipos de los inmigrantes ‘salvajes’ que vienen a destruir nuestra sociedad ‘civilizada’. Es como una burla de la dicotomía creada por los griegos entre ‘la civilización y la barbarie’ (para todo lo ajeno a Grecia). Esta forma de pensar luego fue trasladada a las Américas por los conquistadores y los peregrinos”. Por lo tanto, hemos probado tres suculentos platillos de canibalismo como sátira, y creo que los tres son deliciosos.
En cuanto a lo que Chagoya espera lograr con su arte, esa pregunta se responde en su libro del 2018, Aliens Sans Frontières [Alienígenas sin fronteras] (un juego de palabras con Médicos Sin Fronteras). Chagoya considera “algo arrogante” que un o una artista piense que podría “cambiar el mundo con su arte”. Dice que, si ese fuera el caso, simplemente “pintaría un mundo bello”. Aunque él insiste en formas directas de involucrarse, también tiene la esperanza de que, además de exorcizar sus propios temores y ansiedades, su arte “pueda crear situaciones que inviten a la reflexión” y pueda construir diálogos o puentes, incluso con o hacia personas fuera del mundo del arte. “Algunas de las mejores experiencias de mi carrera han sido hablar con personas fuera de mi burbuja del arte”, declara el artista.
En su entrevista del 2001 con Paul Karlstrom para Archives of American Art del Instituto Smithsoniano, Chagoya expresa la esperanza de que se pueda acabar con el abuso del poder y se pueda evitar la destrucción del mundo. “Si no”, agrega, “simplemente nos uniremos a los dinosaurios en la lista de especies extintas”.
Para concluir quisiera considerar la valoración que Chagoya hace de Goya, según informó Diane Manuel en 1997. Chagoya aprecia “el esfuerzo constante [del maestro] para encontrar la luz a través de la oscuridad”, que nos ofrece “un profundo contraste al nihilismo de finales del siglo xx”. Deberíamos decir lo mismo de Chagoya.
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Ruben C. Cordova es un historiador de arte y curador. Su próximo proyecto curatorial, “El Día de Muertos en el Arte”, se inaugura en el Centro de Artes (el antiguo Museo Alameda) en San Antonio el 24 de octubre del 2019. Esta exposición revisionista argumenta que gran parte del conocimiento recibido del Día de Muertos es erróneo, y cuenta con más de 100 obras de más de 50 artistas, entre las que se encuentra un grabado de Chagoya.
*Todas las citas fueron traducidas al español para este artículo.