Las pinturas más destacadas del siglo XXI (hasta ahora)

by RJ Harrington June 1, 2022

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here.

Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en inglés en Glasstire el 16 de julio del 2018.

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

Compañeros habitantes del mundo del arte, he compilado para ustedes una lista de pinturas destacadas que fueron producidas desde el inicio del siglo XXI. Es comprensible que un habitante del mundo del arte ignore o no dé importancia a una lista que se concentra solamente en pinturas realizadas en los 18 años más recientes de la existencia de nuestro mundo, pero antes de darse la vuelta, por lo menos consideren mi tesis.

Esta lista contiene esos raros momentos en los que una pintura escapa de la burbuja de nuestro mundo del arte y se encuentra de repente en el mundo mucho más poblado de la cultura pop general. Para aclarar, estos momentos solo ocurren cuando la habilidad de una obra de arte de ser comentada y analizada se libera de la fuerza gravitacional de la academia del arte, las revistas literarias, los paneles de museos y otros, y aparece en la página de inicio de Facebook de tu tío, en el Huffington Post o merece el tweet de una auténtica celebridad que no es coleccionista ni pertenece al mundo del arte de alguna manera. Al final, esta lista revela las que considero son las pinturas más culturalmente significativas en lo que va del siglo XXI con base en el alcance que han tenido en la cultura pop.

Comenzaré en el fondo del barril, por decirlo de alguna manera, y daré una breve inclinación de cabeza al empate por el 4º lugar a Jon McNaughton y Jim Carrey.

Esta es una pintura de Jim Carrey:

Retrato de Donald Trump con la boca abierta. Viste una bata de baño azul semiabierta. Con una mano parece acariciar su pezón derecho y con la otra sostiene una cuchara para helado. Frente a él está servida una copa de helado con dos bolas, crema batida y cerezas.

Más que una pintura es una caricatura, en realidad. Aunque sí usó pintura para hacerla.

Aquí hay una obra de Jon McNaughton:

Pintura de un grupo de personas frente a la Casa Blanca. Entre ellas se puede ver un grupo heterogéneo de veteranos de guerra (algunos con discapacidades), militares, marinos, policías y personas con traje. En primer plano y frente a una banca de parque, una mujer está de pie y sostiene una jarra de agua, a su derecha un hombre hincado está plantando un pequeño retoño y tras él una niña observa la acción. A la derecha de este pequeño grupo, Donald Trump está de pie extendiendo su mano derecha como en señal de demostración, parece sonreír y de su pie izquierdo surge una serpiente.

Él también usa pintura.

¿Por qué (en el nombre del arte) incluiría a estos hombres? ¿Pertenecen al “mundo del arte” simplemente porque usan pintura y pinceles y lienzos? Quizá… si hay un mercado real para las obras, y aparentemente existe un mercado para ellas. Las personas sí compran estas cosas. Así que, técnicamente, esto debería ser suficiente para argumentar que estas pinturas emanaron de un mundo del arte, aun si no es el mundo del arte. Sin embargo, he observado que apenas es así. Habitan en nuestra periferia.

McNaughton se apoya en una celebridad de la cultura pop fácil de identificar como sujeto de su obra, mientras que su propia autenticidad dentro la cultura pop cimenta el estatus de Carrey como pintor famoso. Sus posiciones culturales están enraizadas en el pop y están en la lista no por una pintura en particular, sino por la cerca que cruzan entre el mundo del arte y el de la cultura pop general, que han girado de cerca uno alrededor del otro por lo menos desde Warhol. Y es mucho más fácil llegar a un lugar si ya eres de ahí, o por lo menos de las inmediaciones.

Para continuar, les ofrezco Open Casket [Ataúd abierto] de Dana Schutz del 2016.

Pintura abstracta del interior de un ataúd. Es posible discernir el traje de la persona de piel de tono oscuro que está dentro pero no su rostro.

Dana Schutz, Open Casket [Ataúd abierto] (2016). Óleo sobre tela.

Ustedes conocen esta pintura. Todas las revistas de arte, impresas o en línea, hablaron de ella; hubo toneladas de artículos de prensa y de opinión sobre ella escritos por artistas, profesores de arte y directores de museos dentro y fuera del país.

Sin embargo, si le preguntan por ella a su tío de Facebook, es probable que no la recuerde. Lo que hace controversial a esta pintura es una gran parte de nuestro momento político y, aunque ha ocasionado gran revuelo en el mundo del arte, los nombres que se asocian con ella (Schutz, la Bienal de Whitney) no tienen suficiente fuerza para impulsar el tema hacia el paisaje de la cultura pop general, que no tiene tiempo para detalles y matices. (No obstante, las conversaciones y argumentos en torno a esta pintura fueron, en términos del mundo del arte, estimulantes y prolongadas).

El siguiente puesto en la lista es una especie de empate. Dos pinturas separadas de dos artistas diferentes, pero aquí las considero como un par. Son los retratos de los Obama:

Retrato del expresidente Barack Obama. Viste un traje sin corbata y está sentado en una silla sencilla de madera frente a un fondo cubierto de follaje, crisantemos, jazmines y agapantos que se extiende hasta sus pies.

Retrato oficial de Barack Obama de Kehinde Wiley, 2018

Retrato de la ex primera dama Michelle Obama. Está sentada o hincada sobre un fondo celeste y viste un vestido largo sin mangas con formas geométricas.

Retrato oficial de Michelle Obama de Amy Sherald

Fueron realizados por Kehinde Wiley y Amy Sherald respectivamente. De nuevo, una enorme cobertura de prensa del mundo del arte. Y en este caso, cuando se develaron, provocaron toneladas de diálogo en línea y un gran salto a la estática de la cultura pop. Incluso hizo brotar a troles racistas de Twitter, que pocas veces hacen aparecer las bellas artes. Sin embargo, argumentaría que fue un momento provincial de la cultura pop, y con eso me refiero solamente a la de Estados Unidos, pues sólo causó revuelo aquí y no globalmente. Dudo que un fanático español de futbol sin interés alguno en el arte notara el runrún de estas pinturas.

Lo que me lleva a la que considero la pintura más culturalmente significativa del siglo XXI:

Retrato borroneado y difuso de un hombre con la cabeza inclinada a la derecha. Su rostro está rodeado por un halo café que podría ser también su barba y cabello.

El infame intento de restauración de Cecilia Giménez en el 2012 del Ecce Homo (1930) de Elías García Martínez

¡Mono Cristo!

Aunque es técnicamente una restauración realizada en el 2012, está tan lejos del original que ha asumido su propia identidad. La ingenuidad y la falta de destreza como restauración la impulsaron a tener el estatus de una obra original por cuenta propia, y más en la línea de la cultura de la posproducción y la remezcla de la creación artística actual.

Esta obra, que fue ejecutada en un medio clásico, el fresco, y reportada ampliamente en el mundo del arte, tiene sus raíces en los momentos extraños del mundo del arte, y sin embargo el alcance global a través de las redes sociales la convierte con facilidad en la pintura más reconocida del siglo XXI. Sin importar donde vive o los noticieros que sigue, tu tío de Facebook conoce esta pintura, y aquel fanático español del fútbol la conoce también. No hay competencia.

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