Coleccionar la frontera

by Mary K. Cantrell August 28, 2021

Gubidxa Guerrero Luis, Portrait of Juan Sandoval, Photograph on Paper, 29¾” x 19¾”. Mexic-Arte Museum Permanent Collection 2020.2.201.1. Gift of Juan Antonio Sandoval Jr. Courtesy the Mexic-Arte Museum

Editor’s note: This article is also published in English on Glasstire. Find that here

Traducción de Yolanda Fauvet y Paulina H. Marroquín.

La capacidad para comprar arte de la mayoría de los coleccionistas importantes puede rastrearse hasta una abundancia de riqueza personal o familiar. En el caso del coleccionista de arte mexicano y latinx Juan Sandoval, solo puede rastrearse hasta la sencilla decisión de no tener un automóvil.

“Siempre dijo que el dinero que hubiera podido gastar comprando un automóvil, manteniéndolo en buen estado y comprando gasolina, esa era la cantidad de dinero que tenía para comprar arte”, dice Claudia Rivers, directora de Colecciones Especiales en la Biblioteca de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) y amiga cercana de Sandoval.

Sandoval fungió como bibliotecario referencista y especialista en los temas de arte y estudios chicanos en la Universidad de Texas en El Paso durante casi 40 años. Con un salario modesto, Sandoval amasó una colección monumental a lo largo de su vida, sumando un total de más de 1500 obras, que donó al Museo Mexic-Arte en Austin antes de su muerte en enero del 2021 a los 74 años a causa de una larga enfermedad. También permitió que dicho museo seleccionara libros de su colección personal para ser añadidos a la donación.

Juan Sandoval en 1991 cuando ganó un premio de servicio a los estudiantes en la UT El Paso. Fotografía de Laura Trejo, UTEP Communications.

De orígenes humildes, Sandoval era el noveno de once hermanos en una comunidad rural al sur de Colorado. “Creo que eso demuestra que quien tiene interés e ingresos, incluso modestos, puede formar una colección de arte importante”, dice Rivers. “No pensarías que vendría de una familia acaudalada que le permitiría convertirse en un importante coleccionista de arte. Pero él mismo se labró el conocimiento a lo largo de su vida y creo que, viniendo del lugar de donde vino, es un logro muy impresionante”. 

Vista de la instalación de Mexico, the Border and Beyond: Selections from the Juan Antonio Sandoval Jr. Collection en el Museo Mexic-Arte en Austin, Texas. Fotografía de Cody Bjornson.

Sandoval coleccionó sobre todo la obra de artistas mexicanos y latinxs, entre ellas muchas piezas que tocaban temas como la frontera, la inmigración, la desigualdad económica, la identidad mexicoamericana, el movimiento chicano y mucho más. Una selección de obras de la colección de Sandoval, desde cometas hechos a mano por Francisco Toledo hasta textiles indígenas oaxaqueños, titulada Mexico, the Border and Beyond: Selections from the Juan Antonio Sandoval Jr. Collection [México, la frontera y más allá: Selecciones de la colección Juan Antonio Sandoval Jr.],  actualmente está en exposición en el Museo Mexic-Arte en Austin y lo estará hasta el 22 de agosto. La exposición, organizada por la directora del museo Sylvia Orozco y el curador Dr. George Vargas, ofrece una mirada íntima a la vida del coleccionista y esboza cuidadosamente temas de su colección alrededor de eventos históricos. 

“Creo que es el regalo más grande que hemos recibido”, dice Orozco, “las obras y los libros [que nos dio] Juan Sandoval”. 

Una sección dedicada a Sandoval mismo, completada con una reproducción de una biblioteca casera, juegos de té y triciclos, sirve como prólogo para la exposición. Se puede escuchar un video de Sandoval hablando a lo largo de la galería, lo que enfatiza su presencia en el viejo edificio. Las salas adyacentes ofrecen dibujos figurativos, figuras folclóricas de papel maché, serigrafías y pinturas.

Vista de la instalación de Mexico, the Border and Beyond: Selections from the Juan Antonio Sandoval Jr. Collection en el Museo Mexic-Arte en Austin, Texas. Fotografía de Cody Bjornson.

Pareciera que no hay un material o técnica que Sandoval no coleccionó. La exposición refleja la defensa que Sandoval hizo de los artistas de las regiones fronterizas y México, misma que también celebra la diversidad de perspectivas y experiencias que ellos representan. Entre los artistas expuestos están José Cisneros, Francisco Delgado, Carmen Lomas Garza y Marta Arat. Las obras bidimensionales del artista paseño Luis Jiménez son prevalentes en la exposición y subrayan sus temas populares como la cultura de los coches lowrider, el cruce de la frontera y la formación del Oeste estadounidense. En una pared se puede ver su litografía Air, Earth, Fire, Water [Aire, tierra, fuego, agua], una representación de los amantes nahuas Iztaccíhuatl and Popocatépetl, junto a Cholo Van with Popo and Ixta [Camioneta chola con Popo e Ixta], que ejemplifica la práctica de Jiménez de expresar el legado cultural mexicano y chicanx dentro del contexto estadounidense.

Sandoval declaró muchas veces que su colección era principalmente el resultado de su deseo de ayudar a artistas a ganarse la vida. Fue afortunado de conocer y adquirir arte en las etapas tempranas de las carreras de artistas que serían después internacionalmente reconocidos. “Me di cuenta que podías comprar obras originales por muy poco si estabas en el lugar y tiempo precisos. Y parece que he estado en el lugar y el tiempo precisos la mayor parte mi vida”, dijo Sandoval en una entrevista grabada en video en el 2014.

Aunque esta es la exposición más grande hasta ahora de la colección de Sandoval, algunas obras pertenecientes a ella aparecieron en una muestra en El Paso Museum of Art (EPMA) y diversas instituciones a menudo piden en préstamo obras para exposiciones. Él tenía lazos con espacios a lo largo de Estados Unidos, incluyendo el Smithsonian, y era muy conocido en la comunidad artística latinx.

Luis Jiménez, Howl [Aullido], 1977. Litografía a color sobre papel, 113 x 86.3 cm. Cortesía del Museo Mexic-Arte.

Solo 230 piezas de la colección de Sandoval (formada por 1500) están expuestas actualmente en Austin. El personal del Museo Mexic-Arte todavía está completando la adquisición de la colección al museo y realizando reportes de su condición. La exposición de Sandoval fue financiada por una CARES Act Grant de la National Endowment for the Humanities de 100 000 dólares. Esta subvención estipula que deben preservarse los puestos de trabajo en el museo, deben incluirse académicos de humanidades en las decisiones sobre la programación y los recursos en línea deben ponerse a disposición del público, condiciones que Mexic-Arte ha cumplido. 

Sylvia Orozco conoció por primera vez a Sandoval hace más de 20 años en la biblioteca de la UTEP cuando trabajaba en una exposición de José Cisneros para Mexic-Arte. En ese viaje visitó la casa de Sandoval y dice haberse impresionado con su colección de arte y libros. Se mantuvieron en contacto y Sandoval participó en un panel sobre el coleccionismo de arte latinx en el museo cerca del año 2000. Después de eso, los dos se alejaron y no tuvieron contacto hasta diciembre del 2019, cuando Sandoval la llamó para preguntar si podía donar su colección de arte. 

“Con aire despreocupado dijo, muy casualmente, ‘Sabes, quiero donar, he decidido que quiero donarles mi colección si están interesados’. Estaba totalmente sorprendida”, dice Orozco.

Entonces hizo los preparativos para partir de Austin y hacer una parada en El Paso donde se encontraría con Sandoval de camino a su casa en Ruidoso, Nuevo México. Para ese momento Sandoval estaba en el hospital, entonces Rivers, amiga cercana de él, llevó a Orozco a la casa de Sandoval para que viera su colección, que según Orozco duplicaba o triplicaba su tamaño desde la última vez que la había visto.

“Vi lo que implicaba y la cantidad, no solo de obras de arte, ¡sino de libros! También soy coleccionista de libros y Mexic-Arte es una colección de libros, no solo de libros informativos, sino de libros raros”, dice Orozco. “Ese fue un beneficio o descubrimiento añadido. Él dijo ‘Puedes llevarte lo que quieras’”. 

Juan Sandoval en la biblioteca de su casa. Fotografía de Andrew Rios.

Mexic-Arte ha estado en situaciones parecidas antes. Orozco y un pequeño equipo trabajaron en la casa por varios días, hicieron un catálogo preliminar y empacaron artículos para traer de regreso a Austin. Orozco revisó personalmente todos los libros. Dice que su amor por los libros y su experiencia como bibliotecaria asistente de 7º grado, leyendo y organizando estantes, fue una preparación para esta abrumadora tarea. Sandoval tenía vastos intereses y coleccionaba ejemplares de muchas áreas de conocimiento distintas.

“También hizo un gran trabajo categorizándolos dentro de su casa. Tenía todos los libros de cocina juntos, todos los libros de geografía juntos, todos los de arte precolombino juntos, literatura en inglés… Era la biblioteca de un bibliotecario. Simplemente maravillosa”, dice Orozco.

Orozco tenía que ser escrupulosa, sólo seleccionó libros que tuviesen que ver con historia, cultura y arte mexicanoamericano y latinx. Si se encontraba con duplicados, sólo tomaba uno y dejaba el otro. Sandoval donó los libros restantes a Brave Books, la librería independiente de El Paso. 

“Estoy contenta de que se fueron a otro hogar maravilloso, porque eran libros muy valiosos y muy importantes que necesitaban irse a algún lugar que los honrara y que entendiera el regalo que eran”, dice Orozco. 

Vista de la instalación de Mexico, the Border and Beyond: Selections from the Juan Antonio Sandoval Jr. Collection en el Museo Mexic-Arte en Austin, Texas. Fotografía de Cody Bjornson.

Sandoval pidió al museo que reprodujera su biblioteca como parte de la instalación. Orozco dice que, si bien el museo no tiene el suficiente espacio en estantes, han incluido una selección de los libros en la exposición, para dar la impresión de cuán esenciales eran los libros para Sandoval, como objetos de arte y también como herramientas de aprendizaje.  

“Creo que son inseparables, los libros son parte de la colección y parte de las obras de arte. Van de la mano porque se fortalecen entre ellos. Así es como siento que él se sentía”, dice Orozco. 

Un número importante de los libros de Sandoval que se sumaron a la biblioteca del museo están fuera de circulación o tienen firmas notables o ephemera. El museo utilizará los libros como materiales de referencia, pues muchos de ellos contienen información sobre artistas que no se puede encontrar en la internet. La biblioteca preexistente de Mexic-Arte consiste en libros especializados que Orozco trajo de México. Orozco estudió arte en la Universidad de Texas en la década de 1970 y dice que los libros de la biblioteca fueron decisivos en su introducción al arte mexicano. Para aquellos que no frecuentan museos, como Orozco antes de sus años universitarios, los libros de arte eran un vehículo accesible para la cultura visual.

“Recuerdo estar sentada en el piso durante horas, entre los estantes”, dice Orozco. “Encontré la sección de los muralistas mexicanos y es ahí donde descubrí el arte moderno mexicano”. 

Orozco dice que, aunque recientemente ha habido más libros mexicoamericanos y latinxs en circulación, en el pasado hubo carencia de estos materiales. Rivers dice que tradicionalmente los libros publicados en Latinoamérica y México han sido difíciles de encontrar debido a los tirajes pequeños y a la falta de una distribución centralizada.

José Antonio Burciaga, Untitled [Sin título], 1981, serigrafía sobre papel, 27.9 x 38.1 cm. Cortesía del Museo Mexic-Arte.

Si consideramos que Sandoval se concentró en la región fronteriza, El Paso parecía originalmente el hogar natural para su colección. También le habría dado a la ciudad la oportunidad de impulsar su reputación como un lugar que vale la pena visitar por su oferta cultural. Lamentablemente, debido a la falta de apoyo gubernamental para las artes locales y un debate sin resolver sobre el muy anticipado Mexican American Cultural Center, Sandoval no pudo dejar su colección y su legado en la ciudad donde los construyó.

La difícil situación de Sandoval era un eco del polémico debate aún vigente en El Paso sobre el bono Quality of Life, o “Calidad de vida”, del 2012. Este bono, aprobado por los votantes, es el más grande que ha tenido la ciudad y asignó 228.2 millones de dólares para proyectos emblemáticos, entre los que están un estadio multipropósito, un museo infantil y el Mexican American Cultural Center, junto con otras mejoras a bibliotecas y museos. De esa financiación, el estadio recibió 180 millones de dólares, el museo infantil 19 millones de dólares y el Mexican American Cultural Center 5.75 millones de dólares.

Sandoval protegiendo la escultura Los lagartos de Luis Jiménez de personas con las que protestaba en la manifestación por el Día de César Chávez en el centro de El Paso. Fotografía de Claudia Rivers.

El “estadio multipropósito”, que es parte estadio deportivo, parte espacio de artes escénicas, ha sido objeto de la ira de la comunidad. Se propuso que fuese construido en uno de los vecindarios más antiguos de El Paso y algunos residentes piensan que se trata de un proyecto que favorece a habitantes acaudalados de la ciudad por encima del resto de la comunidad. En el 2018, el ayuntamiento de El Paso aprobó un voto para combinar el Mexican American Cultural Center (MACC) con la biblioteca en el centro de la ciudad, provocando la indignación de la comunidad que abogaba por dos espacios separados. La propuesta tomaría cerca de 3700 metros cuadrados de los 9300 metros cuadrados que forman la biblioteca central, que había sido recientemente expandida gracias a un bono en el 2000. 

Sandoval tenía la intención de que su colección fuera al Mexican American Cultural Center que estaba por crearse, dice por correo electrónico Ben Fyffe, Director de Asuntos Culturales y Recreación de la Ciudad de El Paso. Fyffe confirmó que tuvieron numerosas pláticas con Sandoval a lo largo de los años para instalar su colección de arte en una instalación cultural de El Paso.

“En el 2015, cuando comenzó la planeación para ese centro cultural mexicoamericano municipal financiado por el bono (a una cuadra de El Paso Museum of Art), Juan estaba convencido de que ese era el lugar al que iría su colección. Sin embargo, desde las etapas tempranas de la planeación, las instalaciones (como las de la mayoría de los centros culturales) no estaban pensadas para ser una institución con una colección propia, sino un espacio que contendría exposiciones temporales, residencias artísticas, producciones de teatro y danza y programas culinarios”, dice Fyffe. “El plan para el Mexican American Cultural Center sigue siendo usar las colecciones de otros museos municipales como El Paso Museum of Art así como exposiciones itinerantes de libros. Al final Juan no estaba contento y a pesar de los esfuerzos para demostrar que El Paso Museum of Art estaba mejor equipado para cuidar e interpretar la colección, las pláticas se detuvieron”. 

Sandoval había sido parte del comité de adquisiciones de El Paso Museum of Art durante algunos años y estaba familiarizado con los procedimientos de adquisición del museo. Sabía que era poco probable que la colección completa fuese aceptada como parte de la colección permanente del museo, dice Rivers. Como una de las amigas más cercanas de Sandoval, Rivers especula que Sandoval, quien fue un bibliotecario durante mucho tiempo, podría no haber aprobado que la biblioteca perdiera la mitad de su espacio en un centro cultural que fue concebido como una instalación independiente. 

“Creo que sabía que no le quedaba mucho tiempo y que el destino del Mexican American Cultural Center en El Paso todavía no era seguro”, dice Rivers.

Los sentimientos de Fyffe reflejaban los de muchos residentes de El Paso: el traslado de la histórica colección de Sandoval a Austin, dejando la comunidad que él nutrió (y que lo nutrió a él), era una oportunidad perdida para la ciudad. 

“Juan Sandoval siempre fue un punto brillante en la comunidad artística local, tenía una presencia poderosa y un compromiso increíble para apoyar a los artistas emergentes. Aunque en última instancia respetamos la decisión de Juan de traspasar su colección como él lo deseaba, fue una pérdida para El Paso”, dice Fyffe.

Carmen Lomas Garza, The Fighters, Las Peleoneras, 1988, litografía a color sobre papel, 82.5 x 100 cm. Cortesía del Museo Mexic-Arte.

La colección Sandoval llegó al Museo Mexic-Arte durante una época de grandes cambios gracias a un proyecto de renovación financiado por un bono de 20 millones de dólares. Con su renovación, Mexic-Arte planea tener un espacio que funcione como una biblioteca pública y una exposición permanente de selecciones de la colección de Sandoval que irán rotando. Los planes de renovación aún no han sido terminados, pero Orozco dice que mantendrán la fachada del edificio (que se remonta a 1885 o 1886 de acuerdo al directorio de Austin).

Orozco dice que en Mexic-Arte, la colección de Sandoval estará ubicada en un edificio importante en la ciudad capital. Mexic-Arte, como uno de los pocos museos mexicanos o mexicanoamericanos en el país, ha expuesto la obra de muchos artistas de El Paso y actúa como un museo regional que representa a todo Texas y lleva exposiciones a otras partes del estado cuando le es posible.

Víctor “MASK” Casas, Danny, 2014, Pintura acrílica sobre lienzo, 91 x 95 cm. Cortesía del Museo Mexic-Arte.

“Creo que Juan entendía que tendría un impacto donar sus obras y biblioteca, porque sabía que Mexic-Arte también coleccionaba libros además de arte; sabía que fortalecería nuestro museo y sentaría las bases, que su colección sería una piedra angular o un ancla”, dice Orozco. “Sabía que juntos seríamos más fuertes”.

Quienes conocían personalmente a Sandoval dijeron que su intención era mantener su colección intacta, y que las políticas de colección de Mexic-Arte se alineaban con esa visión.

Ray Griggs, sobrino de Sandoval que ayudó a administrar sus propiedades cuando falleció, dice: “En momentos privados con él cuando se acercaba el final, me compartió cuán agradecido estaba con Mexic-Arte por el legado que les estaba dejando, que lo están cuidando y que su trabajo, su colección, su pasión, continuará siendo compartida durante generaciones”.

Griggs dice que su tío le ayudó a vivir una vida balanceada al ofrecerle una perspectiva liberal que contrastaba con su ambiente militar y conservador. Griggs recuerda que, cuando de joven entró a la Academia Naval de los Estados Unidos, su tío Juan le regaló dos libros impactantes: On the Psychology of Military Incompetence [La psicología de la incompetencia militar] y The Good Soldier Švejk [El buen soldado Švejk], una novela checa en contra de la guerra.

“Creo que eso hizo por cientos, sino miles de hombres y mujeres jóvenes, y por sus amigos también. En verdad disfrutaba abrir las mentes y los corazones de las personas a más posibilidades”, dice Griggs.

La puerta de Sandoval siempre estaba abierta a visitantes, dice Griggs. En su papel como bibliotecario de la UTEP, de 1981 al 2019, tuvo influencia en muchas generaciones de estudiantes. Sandoval también fue portavoz de los estudios chicanxs, los estudios interdisciplinarios y fue el bibliógrafo de lenguas y lingüísticas. “Pudo conocer a las personas porque salía y caminaba y les mostraba la biblioteca en lugar de quedarse sentado detrás del escritorio de referencias”, dice Rivers.

Además de su papel escolar, Sandoval se mantuvo en contacto con muchos habitantes de El Paso asistiendo a inauguraciones de arte y sentándose en su porche a beber té por las mañanas y conversar con los transeúntes. Griggs dice que Sandoval siempre estaba buscando cualidades en las personas y en las cosas. 

Sandoval viajaba frecuentemente a Oaxaca, México, en el verano y siempre intentó rodearse de artículos significativos y personalizados, incluso durante las vacaciones.  “Solía viajar con siete maletas. Llevaba sus propias sábanas, almohadas, manteles, cubiertos, prensa francesa…” dice Griggs. “Cuando llegaba a algún lugar, así fuese un cuarto de hotel, [o] una casa que había rentado para el verano, la arreglaba a su manera”.

Rivers dice que ella y Sandoval se hicieron conocidos por asistir juntos a las inauguraciones de arte. Él la presentó a muchos lugareños y artistas cuando ella llegó por primera vez a la UTEP. “A mi esposo no le gusta mucho ir a inauguraciones. Entonces cuando le decía ‘¿Quieres ir a una inauguración?’, él decía ‘No, ¿por qué no llevas a tu otro hombre?’. Era algo que pasaba”, dice Rivers riendo. Rivers y su esposo manejaron hasta Oaxaca para pasar un verano con Sandoval, y cuando llegaron él estaba en camino a una inauguración en el museo textil. Los llevó con él de inmediato sin siquiera darles oportunidad de desempacar.

Rivers y Sandoval también viajaban regularmente a la Feria del Libro de Guadalajara y al Museo de Arte de Ciudad Juárez para seleccionar obras para la biblioteca de la UTEP. Durante un viaje, Sandoval agregó a su colección un libro antiguo en Ciudad Juárez titulado Marcas de fuego, que puede ayudar a identificar marcas de libros y marcas de agua de las bibliotecas en México. Rivers dice que se alegró al ver que ese libro en particular iría a la colección de la biblioteca. Debido a que muchas bibliotecas dependen en gran parte de los recursos electrónicos, una de las pocas áreas en las que una biblioteca puede destacarse es en sus colecciones regionales, dice Rivers. 

“En nuestro departamento de colecciones especiales, tratamos de buscar piezas en la región fronteriza, nuestra parte de la región Trans Pecos de Texas, el sur de Nuevo México y el norte de México. Juan fue de gran ayuda para la construcción de esa colección, así como de las colecciones de literatura y estudios chicanos”.

Gracias a la naturaleza curiosa de Sandoval, su cuidadosa curaduría y su gusto impecable tanto para personas como para cosas, Texas ganó una colección de arte mexicano y latinx de talla mundial con la capacidad de perdurar. Orozco, quien encontró un alma gemela en Sandoval, dice que la misión de este coleccionista (reunir las obras y apoyar a los artistas de la región fronteriza) ha fortalecido su determinación de asegurarse que el Museo Mexic-Arte alcance su siguiente fase como institución cultural.

“Siento con más fuerza la determinación de completar la misión que significa llevar este museo a la plenitud, en el edificio del museo con la hermosa colección Juan Sandoval, las pinturas expuestas y la biblioteca catalogada y organizada por completo”, dice Orozco. “Me siento aún más obligada. Ahora también tengo su misión. Me siento honrada de continuar con su labor y ayudar a continuar su legado”. 

Nota: Esta es la primera de dos partes. Para la segunda parte, dirígete aquí. The Spanish translation is in progress. 

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